Luna Morena, el ánima de los títeres en escena

Esta compañía de teatro, fundada por egresados de la UdeG, se ha dedicado a producir historias y universos mágicos para el deleite de toda la familia

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Luna Morena, el ánima del títeres en escena. Miguel Ángel Gutiérrez, codirector de la compañía

El error es el maestro; de ahí es donde parten quienes conforman a Luna Morena, compañía jalisciense de teatro de títeres que se ha consolidado como una de los referentes a escala nacional por las puestas en escena de este tipo.

«Para nosotros es muy importante el error, partimos del error y siempre esperamos que desaparezca antes de morir (cual una utopía para mejorar)».

Esto lo comenta el codirector y director artístico de Luna Morena, Miguel Ángel Gutiérrez, quien junto con Ana Zatarain fundaron este proyecto que durante dos décadas les ha dejado satisfacciones y ha creado públicos (de todas las edades).

«El teatro de títeres es animista, nosotros trabajamos con el ánima, hacemos que las cosas tengan vida o aparenten tenerla. Nuestro público es muy generoso, hemos trabajado en calle y teatros y la experiencia siempre es similar, la gente queda tocada, ese es uno de los objetivos, conmover los corazones de la gente«.

Ambos echaron a andar este viaje en 2001, pero desde 1996 trabajaban en proyectos de títeres.

«Ana Zatarain estudiaba para Educadora y yo Diseño Gráfico en la UdeG. Para una de las materias que ella cursaba tenía que crear un títere, entonces lo hicimos entre los dos. Y luego me invitó a contar cuentos a los grupos de niños con los que hacía sus prácticas. Nos gustó muchísimo y nos dimos cuenta que era un arte y oficio que nos llenaba«, dio a conocer.

Fue a partir de una beca que Luna Morena inició con la chispa, tenían presentaciones de cuentacuentos en las calles y, poco a poco, unieron fuerzas con otros amigos que conocían de otras áreas y así se fueron especializando en la materia.

Su trabajo los fue llevando por un camino en que han creado obras encomiables como Canek: Leyenda de un héroe maya o el proyecto de El festín de los muñecos, mismos que hoy son emblemáticos en el teatro de Jalisco.

Miguel Ángel comparte que han sido alrededor de 20 obras las que Luna Morena ha producido, mismas que se distinguen por presentar historias que aportan a sus espectadores, que son introspectivas.

«Queremos lograr experiencias que sean muy integrales, que no sólo tenga contenido, sino que los sentidos se estimulen, que sean obras espirituales en contenido. Nuestros trabajos han sido honestos en ese sentido, por eso la gente lo agradece mucho».

Pero además de ser una compañía interdisciplinaria, que reúne el trabajo de actores y actrices, diseñadores, animadores, artistas plásticos y más, ¿cuál es el misticismo que hay detrás de los títeres? ¿Por qué quienes presencian son tan receptivos ante objetos que por sí solos son inanimados?

«El mundo de los títeres es muy noble y generoso, guarda su esencia y lo vincula hacia lo mágico».

Al respecto, Miguel Ángel comparte que «la gente tiene una conexión directa con el títere que la sorprende, la conecta con su infancia, el inconsciente del miedo, de todo este mundo misterioso cercano a lo sagrado».

El pozo de los mil demonios
«El pozo de los mil demonios» es una de las obras que recientemente ha creado Luna Morena.

Recordó que el origen del títere tiene que ver con las imágenes sagradas, en todas las culturas del mundo éste estuvo cerca de las religiones y que después se hizo mundano, «se desacralizó y forma parte de los espectacular».

«Uno de los objetivos es que las familias se lleven algo, los chicos se van a divertir con la historia de estos universos mágicos y los más grandes pueden enfocarse en la simbología que maneja».

El trabajo no termina y la compañía sigue en procesos creativos que en los próximos meses derivarán en nuevos proyectos.

Desde su taller, en avenida Federalismo y Arista, este grupo de creativos se reúne a diario para escribir, crear los títeres, crear la logística de las producciones y ensayar, con el único objetivo de crear nuevas historias y llenarse a sí mismos de satisfacciones.

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