Louie Pérez

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Lo frío de la mañana se replicaba en la recepción de un hotel que concentraba toda la locura de la Feria Internacional del Libro. Desnudos y muertos, pero aún verdes, tres inmensos pinos naturales esperaban su decoración navideña. Los árboles interrumpían las prisas de los extranjeros que iban en todas direcciones. La gente corría con gafetes de colores que acreditaban su categoría en esta fiesta. De entre todos, surgieron de pronto los integrantes de Los Lobos. Con una imagen que mezcla el rockabilly con lo chicano, apareció Louie Pérez, uno de los fundadores del grupo. Detrás de sus gafas clásicas y de su barba escasa, había una actitud abierta a la conversación.

El corazón angelino de Los Lobos
Louie reconoce que la naturaleza de su música guarda todo el espíritu angelino. También que Los íngeles conserva y custodia una idea compleja de México. “Nací en L. A., de una madre mexicana que cruzó la frontera en 1920, cuando era pequeña. Eso me convierte en chicano. Algunos creen que Los Lobos representamos a L. A., precisamente porque somos chicanos. Antes no había mucho qué decir sobre esa idea. Ahora el ambiente es más diverso. Los Lobos conocimos la vida a través de toda la música de nuestra cultura. Hablo de la mexicoamericana. Crecí escuchando a Miguel Aceves Mejía y a Lola Beltrán, mientras que en el radio siempre buscaba el rock and roll. En los cincuenta y sesenta, en el este de L. A., algunos músicos que tocaban rhythm and blues, adaptaban inevitablemente esos ritmos a su sensibilidad chicana. Alguien empezó a llamarlo “el sonido de L. A.” En el caso de Los Lobos, no es que tratáramos de hacer algo diferente: sólo pretendíamos tocar la música que nos gustaba. En algún momento nos descubrimos y empezamos a sonar como nosotros”.

Before “real world”
La banda Los Lobos es fundada en 1973, cuando todavía Peter Gabriel y otros músicos y etnomusicólogos no separaban la sensibilidad e interés occidentales de los sonidos estadunidenses. El concepto de “música del mundo” no aparecía. Sólo se hablaba de folclor o música regional. Sin embargo y desde entonces, Los Lobos hacían y recreaban lo que hoy es ya un concepto popular. “Es maravilloso haber nacido como músico antes de que a alguien se le ocurriera que existía ‘la música del mundo’. Hace poco se hablaba de la ola musical latinoamericana y el cantante Marc Anthony, con quien coincido, dijo que el único problema que tenía con ese concepto de ‘música latina’ era que se les olvidaba –a quienes lo decían– que nosotros (los latinos) hemos estado aquí desde siempre. Lo dicen como si verdaderamente fuéramos ajenos. Nosotros hemos nacido, crecido y creado nuestra música en Estados Unidos. La idea de divorciar la música del mundo o la música latina dentro de Estados Unidos es un poco absurda”.

Sí se puede! & Disney
Los dos primeros álbumes de Los Lobos: Sí se puede! (1973) y Los Lobos del este de L .A. (1978), se concentraban en la música mexicana que sus instrumentos, como Howard, su jarana y mejor amigo, llevaban a L. A. desde el Golfo, la Huasteca y el Bajío. Sin embargo, seguían conservando el espíritu adolescente del rock. Louie Pérez recuerda: “Luego de concentrarnos por casi 10 años en el folclor, quisimos volver al rock and roll, pero al intentarlo, una y otra vez, toda la influencia de la música mexicana aparecía sin quererlo. En 1983 el álbum “…and a time to dance” nos cargó de rock: sumamos el sonido de Ritchie Valence. En ese momento nuestra esencia comenzó a formarse. Luego vino “La bamba”, que nos disparó a todos los sitios. A partir de esa locura mediática nos daban trato de rockstars, cuando simplemente cantábamos música mexicana. Sin embargo, tratamos de usarlo a nuestro favor para hacer cosas diferentes, para coquetear con los sonidos”.
Los Lobos goes Disney, su más reciente álbum, es el resultado de una búsqueda en el mundo infantil. ¿Por qué no las canciones de Disney? Todos recordábamos muy bien las películas y sus canciones. Si bien cualquier otro grupo pudo haber hecho este disco, seguramente al escucharlo todos notarán el auténtico sabor que tienen Los Lobos. Nos preocupamos por darle un concepto simpático y que de principio a fin guardara nuestro sonido.”

How will the wolf survive?
Louie se emociona al hablar de su banda, de los amigos que ve tras el cristal, mientras son entrevistados por diferentes medios. “Los Lobos no tenemos otro plan que permanecer juntos para crear, para buscar la magia del sonido. Desde 1973 hemos tocado música folclórica. Luego alguien “descubrió” la música mexicana y fue un renacimiento excitante. Lo positivo es que podemos crear a través de la música una conversación intercultural. Con la tecnología es posible acercamos aún más. Entonces el misterio que guarda el otro se transforma, porque con un click llegas al otro lado del mundo. Eso significa que lo que queda por revelarse siempre será más hondo que lo que percibimos. Es extraordinario”.
Detrás de Louie, de su inglés entrecortado por expresiones mexicanas, del gesto del águila tatuada en una de sus manos, detrás de él y frente a su música, se abre la profundidad de lo que queda por descubrir.

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