Los riesgos de informar

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Al tiempo de que los restos del reportero veracruzano Miguel íngel  López, de su esposa y de su hijo, descendían a su tumba luego de ser asesinados por la delincuencia organizada en el puerto de Veracruz, el pasado lunes 20 de junio, muchas voces surgieron nuevamente para demandar justicia  y reflexión sobre estos hechos y otros mas que los antecedieron.
Aquí algunas de ellas.
“Lo que sigo notando es que  no hay garantías para cubrir la información de seguridad publica del crimen organizado y el narcotráfico, ni de parte del Estado, ni de las empresas, se habla leyes especiales, pero en los hechos no hay nada que proteja a los reporteros, ni de los bajos sueldos, sin bonos de riesgos o compensaciones. Los compañeros se trasladan por sus propios medios. Vamos las empresas no ponen ni sus vehículos o un equipamiento mínimo como chalecos antibalas, de sobra sale decir que no hay seguros de vida”.
Así lo indica el reportero radiofónico y periodista Javier Ortega Ponce, del 1070 Radio Noticias, quien agrega que la delincuencia organizada sustenta cualquier pretexto para asesinar y levantar a trabajadores de los medios de comunicación.
“Hoy el trabajo se desarrolla en terrenos pantanosos y al cubrir un simple asesinato surge una red de complicidades de las que uno no sabe si está señalando o acusando a un capo y el reloj empieza a marchar en tu contra”. Además, hoy máws vale la autocensura como un seguro de vida o muerte.
Javier Ortega  asegura que las recomendaciones de Reporteros sin fronteras o de otros agrupaciones como la Sociedad Interamericsana de Prensa (SIP) de poco pueden servir, especialmente cuando ya se trata de una decisión tomada en contra del gremio o cuando se publica sin firma alguna información, porque generalmente la delincuencia ya sabe quién está cubriendo la fuente.
Para Ortega Ponce, a diferencia de hace algunos años, cuando los delincuentes no se especializaban tanto, esta vez una parte de la delincuencia organizada si está encaminada a a realizar un segumiento de los medios de comunicación y de monitorear las actividades de comunicadores, “a seguir los pasos y reacciones de los funcionarios y monitorean y es probable que algunos profesionales de la comunicación los auxilien en esas tareas”.

Las autoridades implicadas
El experimentado periodista Jaime Ramírez Yáñez —Milenio Jalisco y Sistema Jalisciense de Radio y Televisión (STJ)—, afirma que sin demérito de aquellos comunicadores que murieron asesinados a consecuencia de su ejercicio profesional, ”también debemos de aceptar que el 90 por ciento de los casos de periodistas masacrados no están relacionados con su trabajo, esto se desprende del seguimiento de sus bitácoras de trabajo”.
No es el caso del periodista Miguel íngel López Velasco, indica Ramírez Yáñez, reportero y columnista de temas de seguridad pública, de quien sabíamos cómo seguía los pasos de la delincuencia organizada y en su crimen podemos reconocer el sello de los homicidios de este tipo de organizaciones.
Pero mas allá de este artero crimen, explica que lo mas lamentable dentro de ésta dinámica de violencia es que no sólo la delincuencia organizada perpetra crímenes como los del reportero veracruzano sino que, hasta las autoridades de los tres niveles de gobierno, se encuentran implicados en estos delitos ·y los cometen a la  usanza de la mafia organizada”.
El tema central de la violencia en contra de los trabajadores de los medios de comunicación —y en general de lo que acontece en el país—, es la impunidad.
“Es un tema central, toral, porque aunque muchas veces atribuímos los hechos a cárteles muy conocidos, lo cierto es que también han proliferado grupos muy violentos identificados por la estructura de seguridad y que son impunes hasta ahora”.

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