Los jugadores

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La atmósfera de elegancia se percibe desde el momento en que los sensores dan la señal para abrir las puertas. Dos hombres enfundados en trajes negros dan la bienvenida, al tiempo que revisan los bolsos y desean suerte a sus visitantes. Más tarde lo harán edecanes, cajeros, y todos los meseros que ofrecerán refrescos y botana gratis.
Las opciones de juego están en más de 200 máquinas. ¿Cuál será la que “pague” mejor ese día?: ¿los camaleones?, ¿los coyotes?, ¿las reinas?, ¿el cazador?, ¿los trenes?… al final, en los casinos como Caliente, Twin Lions, Yak y Play City, lo que importa es el dinero, la denominación que se desea jugar (desde cinco centavos), el número de líneas y las veces a apostar.
No hay mucho tiempo que perder. El juego debe comenzar.

La casa siempre gana
Entre los jugadores se distinguen los apostadores “pesados”, que en segundos ganan y pierden miles de pesos, como el señor Ricardo, un vecino de Colinas de San Javier. Tiene 42 años de edad y gasta entre ocho y 15 mil pesos cada vez que acude.
Los juegos de maquinitas son incluyentes, no distinguen niveles sociales: lo mismo acude la señora Marina (de Jardines Alcalde), quien se fuga de la cocina para probar suerte en momentos en que debía preparar la comida, que don José, de 78 años de edad, quien vive en el Batán y afirma que los casinos son su casa. Tiene tres meses jugando todos los días y ya perdió 200 mil pesos de su jubilación, con los que planeaba comprar una casa.
Entre los visitantes frecuentes se puede ver a Rafa, un chico discapacitado, la señora Lupita (que camina con andadera) o doña Irene, quien hasta hace unos meses pasaba las tardes tejiendo chambritas para sus nietos y sobrinos. También asisten futbolistas y conductores de televisión, entre otros visitantes de la farándula.
Sobresalen entre los jugadores aquellos que golpean las máquinas cuando no sale el número que esperan y los que acostumbran tocarlas de manera delicada, pidiendo que en la siguiente tirada aparezcan las combinaciones que les permitan obtener, por qué no, una fortuna.
No son pocos los que cargan sus ranas, colas de conejo y medallitas con santos de su devoción. Los amuletos se restriegan en las pantallas. El pedido siempre es el mismo: un pequeño golpe de suerte.
Pero como dice don José, “la historia siempre es la misma, la casa siempre gana”.

Las crisis crean adictos
La crisis económica, la crisis de las instituciones, la crisis de los valores… todas las crisis propician que, sin importar género, edad o niveles sociales, se busque en los casinos de maquinitas el milagro que cambie la dura realidad.
Son jóvenes, hombres, pero sobre todo mujeres, amas de casa y adultos mayores, quienes han encontrado en estos lugares, salidas falsas a una realidad que les toca vivir y que resulta difícil de aceptar, como la pobreza, la inseguridad y la desconfianza de todos los días.
El coordinador de sociología, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Alfredo Rico Chávez, señala que estos sitios que proliferan en Guadalajara, son una escapatoria para personas insatisfechas, como las amas de casa y los adultos mayores, marginados por la sociedad.
Se trata de personas incapaces de distinguir la trampa y que atraídos por la suerte, ponen en riesgo su patrimonio mientras exploran la posibilidad de ganar algo extra.
“Es gente que no tiene qué hacer con su tiempo y que en términos de la formación educativa y la ignorancia, no alcanza a entender que la ‘casa siempre gana’”.
El sociólogo dijo que en una sociedad como la nuestra, constituida de manera heterogénea y en la medida que crece la población en términos numéricos, se diversifican también las áreas en que la gente busca la manera de entretenerse. No obstante, vaticina que los casinos pronto dejarán de ser novedad.

Focos rojos
La ludopatía podría convertirse en un problema de salud pública para los habitantes de Guadalajara, aseguró el maestro en psicología y jefe del Departamento de Clínicas de la Salud Mental, José de Jesús Gutiérrez Rodríguez.
La ludopatía o juego compulsivo es considerada una enfermedad. Un trastorno compulsivo de la conducta que convierte a quien la padece en una persona incapaz de resistir el impulso de jugar, y que se agudiza de forma crónica y progresiva, hasta convertirse en una adicción de graves consecuencias.
Se transforma en una adicción a partir de la emoción, de la dependencia de las propias secreciones internas del sujeto. Cuando una situación se convierte en muy emocionante, genera una secreción de endorfinas y de adrenalina, que estimulan a repetir la experiencia.
Es una adicción distinta a otro tipo de consumo de sustancias tóxicas, pero que puede llegar a desequilibrar la vida familiar, social e incluso la estabilidad emocional del sujeto, que puede estar en peligro. Las personas más vulnerables a convertirse en ludópatas son aquellas a las que la vida laboral o económica no les resulta satisfactoria, señalan expertos.

Cuando el dinero se acaba
De acuerdo con Gutiérrez Rodríguez, la instalación de casinos favorece el incremento de índices delictivos, toda vez que los adictos al juego agotan sus recursos económicos, y al igual que los consumidores de drogas, buscan obtener fondos, sin importar si lo hacen de manera ilícita. “Al no tener más dinero, deciden secuestrar o robar, sin importar si se lesiona o inclusive si se mata a alguien”.
Estas mismas personas experimentan altos niveles de depresión, lo que puede ser detonante para atentar contra su propia vida, por lo que no se descarta que también los registros de suicidios tiendan a aumentar en breve.
El investigador, quien calificó como irresponsable el accionar de los ayuntamientos y del gobierno federal al autorizar la apertura indiscriminada de casinos, se pronunció porque a la par impulsen programas preventivos y de orientación.

Panorma internacional
En Alemania existe un registro de ludópatas, el cual es llenado por el enfermo de manera voluntaria, para que se le impida el acceso a los casinos. De no ser así, se obliga a los dueños de las salas de juego a devolverles el dinero que pierdan.
En los establecimientos de apuestas deben colocarse advertencias, como: “Por ley, los casinos están obligados a controlar a los jugadores ‘bloqueados’ y a advertirles de los daños que pueden acarrearles sus apuestas de esa noche”.
En Venezuela se establece en la publicidad de casinos que no podrán usar frases que inciten al público a jugar en forma desmedida, como: “Si usted asiste con mucha regularidad a establecimientos de este tipo, se le recomienda someterse a una evaluación sicológica”.
En Estados Unidos, varios estados cuentan con asistencia telefónica para los jugadores compulsivos y manejan programas educativos y preventivos.
En otros países, las autoridades responsables de controlar los casinos establecen fórmulas de supervisión, control y monitoreo de movimientos financieros, con reglas análogas a las de cualquier centro que maneje flujos monetarios, como bancos, casas de bolsa u otros intermediarios financieros.
En la mayor parte de los casinos en el mundo, cuando se apuestan más de 10,000 dólares, es necesario hacer un reporte de dicha transacción monetaria a las autoridades.

Una ley que se transforma
La Ley Federal de Juegos y Sorteos, aprobada y publicada en el Diario Oficial de la Federación en 1947, se encuentra a punto de ser modificada, a casi 62 años de vigencia. Dicha norma establecía la prohibición de los juegos de azar y los juegos con apuestas en todo el territorio nacional.
Sin embargo, la ley y su reglamento (publicado en 1974) no gustaron del todo. Diputados de las últimas cuatro legislaturas presentaron iniciativas para modificarla y es prácticamente un hecho que lograrán su cometido en los próximos días, cuando suban a la tribuna de la Cámara Baja un nuevo documento.
Entre las propuestas, el punto clave es la creación de una Comisión federal de juegos con apuestas y sorteos, que tendrá la facultad de expedir permisos para la apertura de casinos, y que quitará todas las atribuciones que en materia tiene la Secretaría de Gobernación.
El documento establece la intención de regular las máquinas tragamonedas que siguen expresamente prohibidas, pero que con argucias conceptuales y semánticas han logrado ser operadas temporalmente.
De acuerdo a lo que mencionado en la iniciativa, se busca la debida regulación y lo más importante, evitar que esa industria sea infiltrada por la delincuencia organizada y actividades ilícitas, como el lavado de dinero.

Más casinos
autoridades del municipio de Zapopan aprobaron la instalación de un casino en avenida Patria y Clouthier, frente a plaza Cordilleras. Este es el segundo casino en la exvilla maicera, después del que opera en el centro comercial Andares.
Documentos de instancias como Dirección de Obras Públicas o la Oficialía Mayor de Padrón y Licencias, señalan que el nuevo casino cumple los requisitos que propuso el pleno del ayuntamiento desde el 20 de marzo pasado. El giro es acorde con el uso de suelo de la zona, considerado como de comercio y servicios y cuenta con las condiciones de espacio adecuadas.
Entre los requisitos que deben cumplir quienes deseen una licencia con giro de apuestas, está que el negocio se ubique en el interior de un centro comercial, que cuente con la infraestructura idónea, que los aforos máximos garanticen por lo menos 2.5 metros cuadrados por persona, y con horarios de 11:00 AM a 1:00 AM del día siguiente, con posibilidad de dos horas extra, entre otros.

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