Los engaños light

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JosŽ Mar’a Mart’nez

Comer light. No engordar. Ser parte de la “cultura ligera”. Todo comenzó a inicios de los años 90. Y llegó para quedarse.
Los productos “ligeros” son parte de la dieta diaria de casi el 50 por ciento de los mexicanos, debido a la creencia de que ayudan a “verse bien”, pero es muy frecuente que la palabra diet o light se quede en una cuestión publicitaria. Para millones de personas —principalmente mujeres— la fobia a la obesidad y el deseo por verse bien va acompañada de trastornos de la conducta alimentaria, como anorexia y bulimia, o incluso desnutrición. Lo grave es que estos problemas también pueden presentarse como consecuencia del consumo excesivo de productos light, los cuales no son milagrosos y deben acompañarse de una dieta equilibrada.
Óscar Morán Arroyo, profesor de la carrera de nutrición, del Centro Universitario del Sur (CUSur), señala que el problema no es el producto, sino abusar en su consumo. Los artículos light son aquellos cuyo valor energético han sufrido una reducción de por lo menos 30 por ciento de grasa o azúcar, lo cual no significa que ayuden a bajar de peso. “Muchas veces, el no consumir este porcentaje de grasa puede generar ciertas alteraciones incluso gástricas porque no llevas con ello las vitaminas liposolubles, las cuales se transportan en ese proceso de grasa. Al no tener esa grasa, no transporta los nutrientes y vitaminas como la A, D, y E, el zinc y los derivados de la vitamina B, los betacarotenos. Puede haber desnutrición por falta de las vitaminas”. Esta deficiencia nutrimental puede llevar a alteraciones como anorexia y desnutrición.
La gran cantidad de publicidad de tales productos incita a que las personas los consuman y crean ingerir menos calorías, pero cometen el error de aumentar las porciones de refresco, o mayonesa por ejemplo, debido a la falta de orientación profesional. Además, no todos los productos que se anuncian como light lo son; muchos de ellos tienen las mismas calorías o sólo algunas pocas menos que los normales, pero su precio suele ser mucho más elevado.
La recomendación del especialista es consumir diariamente dos mil calorías, tanto proteínas, carbohidratos y lípidos como grasas. Además, es importante tener un equilibrio entre lo que se come y el contenido energético que se gasta en las actividades diarias, con el fin de evitar una deficiencia. “Si las personas consumen menos de dos mil calorías, el cuerpo será el afectado en cuestiones metabólicas. Es la energía mínima que el cuerpo necesita para hacer sus funciones básicas en órganos como corazón, pulmones, cerebro y motilidad intestinal. Es la reserva energética que el cuerpo necesita”.
Los productos light o ligeros, no deben ser satanizados, pueden consumirse siempre y cuando sean un complemento en la alimentación y no un suplemento.

Ignorancia nutrimental
Algunos productos alimenticios sólo cumplen con su obligación de presentar en la etiqueta del envase la información nutrimental del alimento, sin importarles si el consumidor entiende o no las aportaciones de nutrimentos que contiene. Esto provoca que las personas consuman un alimento creyendo que tiene un número de calorías, cuando el contenido energético es mayor, por lo que el académico recomienda a la población conocer y comprender el contenido de las tablas nutrimentales, con el fin de no consumir más calorías y grasas de las que se cree.

Diabéticos light, en riesgo
Los diabéticos que consumen en exceso productos ligeros están en riesgo, porque no todos los productos “bajos en calorías” pueden ser consumidos por estos enfermos. La directora de la Unidad de investigación cardiovascular de la UdeG, María Cristina Islas Carbajal, comenta que los diabéticos son propensos a consumir en exceso productos que suponen son bajos en azúcar, pero que pueden contener altos porcentajes de grasas. Lo importante es que sólo aquellos alimentos que contienen la menor cantidad de azúcares, pero también de grasas, resultan recomendables para ellos. “Pueden ser light al tener menor cantidad de azúcar, pero siempre cuentan con carbohidratos y al creer que son light y consumirlos en exceso, están cayendo en un error. Dependiendo de la calidad de las grasas que consuman, es el tipo de complicaciones que tendrán los diabéticos”.
La vigilancia y asesoría permanente de un nutriólogo no debe dejarse de lado, debido a que las personas diabéticas deben consumir proporciones exactas de carbohidratos, proteínas y grasas. Por supuesto, pocos diabéticos lo hacen, lo más común es que no reciban asesoría en su alimentación y además se automediquen y recurran a técnicas terapéuticas alternativas que no siempre son las adecuadas, comentó Islas Carbajal. El 7.9 por ciento, y en Jalisco el grupo de diabéticos alcanza el ocho por ciento.
De cada cuatro diabéticos, uno o dos no recibe atención médica porque ignora que la padece y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que en el 2025, el número de diabéticos aumentará a 350 millones, por lo tanto, este sector de la población representa un importante mercado para tiendas comerciales y panaderías que ofrecen alimentos especiales como: pan, dulces, cajetas, vinos y pasteles. Para la especialista, ofrecen una opción alimenticia variada, sin embargo, los diabéticos no tienen libertad de consumir estos productos si no son recomendados por un especialista. El nopal, fibra, ensaladas y vegetales, así como evitar azúcares refinadas y las fuentes de carbohidratos de alto índice glicérico son los alimentos ideales para quienes sufren esta enfermedad, gracias a que aumentan en altos niveles la glucosa.

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