Los efectos de las precampañas

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Las elecciones primarias o precampañas son acciones persuasivas que realizan, generalmente, los militantes de un partido político con el fin de lograr el apoyo de los votantes y obtener la nominación para competir por un cargo de elección popular. De hecho, las elecciones internas son procesos políticos competidos propios de sistemas democráticos, que tienen como finalidad no sólo elegir a los candidatos, sino también legitimarlos, así como lograr cierta visibilidad y posicionamiento político de cara a la elección constitucional.
La historia de las precampañas está ligada a los procesos de democratización del sistema de partidos políticos y a la existencia de una mayor pluralidad y competencia inter e intrapartidista.
En el ámbito internacional ha existido una tendencia a regular las precampañas, buscando garantizar la equidad de las contiendas, ya que, en procesos electorales anteriores, diferentes personajes de la política han iniciado procesos de promoción personal y posicionamiento político con muchos años de anticipación a la justa electoral, lo cual rompe, de cierta manera, con el principio de equidad.
Ahora bien, no sabemos con exactitud si la realización de una precampaña incide o no en el resultado de la elección constitucional, ya que existen diferentes casos de precampañas que sí lograron generar una inercia de triunfo y fueron determinantes para ganar la elección constitucional, como fue el caso de la precampaña Barack Obama en Estados Unidos de Norteamérica en 2008, mientras que otras precampañas “exitosas” no lograron incidir en el resultado final de la elección constitucional, como la impulsada por Roberto Madrazo Pintado en México durante 2006.

Sus efectos
Las precampañas electorales son parte de los procesos políticos modernos, propios de los sistemas electorales democráticos, mismas que se impulsan, generalmente, con el fin de elegir (a través de elecciones) a los diferentes candidatos de los partidos políticos a un determinado puesto de elección popular. A través de las precampañas o elecciones internas se legitima democráticamente el sistema de partidos y el sistema electoral predominante en una determinada nación.
Sobre el efecto de las precampañas en la conducta del votante, de cara a las elecciones constitucionales, se puede concluir lo siguiente: a pesar de que son procesos distintos, organizados en tiempos diferentes (aunque contiguos), las precampañas sí generan un efecto en la conducta del votante en las elecciones constitucionales. Este efecto puede ser negativo o positivo. El efecto negativo, generalmente, es contraproducente al propósito de sus impulsores, mientras que el efecto positivo es, usualmente, favorable a los objetivos de sus promotores.
Los efectos positivos que generan las precampañas son distintos y se presentan en diferente grado o magnitud. Los más importantes son: 1) dotan de una mayor visibilidad social a los candidatos y partidos; 2) pueden generar una mayor participación de los ciudadanos en los comicios electorales; 3) pueden ayudar a reducir el abstencionismo; 4) ayudan a consolidar la democracia al interior de los partidos políticos; 5) ayudan a que los votantes conozcan las propuestas de los candidatos y partidos; 6) ayudan a legitimar social y políticamente a los candidatos; 7) refuerzan preferencias políticas existentes ya entre los ciudadanos; 8) ayudan a cambiar la decisión sobre la inclinación de algunos votantes; y 9) generan la activación de ciertos electores.
Los efectos negativos que generan las precampañas son: 1) pueden hartar a la gente; 2) pueden aumentar el nivel de abstencionismo; 3) pueden generar sobresaturación entre el electorado; 4) pueden desmotivar a los votantes; 5) pueden aumentar el nivel de conflicto inter e intrapartidista; 6) pueden generar votos de protesta; 7) pueden generar la desactivación de ciertos electores; 8) pueden desprestigiar a los partidos, a sus candidatos y, a la propia, política; 9) pueden generar mayor incredulidad de la gente hacia el sistema político; y 10) pueden molestar y generar ira entre la gente.
Generar un efecto negativo o positivo, por parte de las precampañas, depende de su gestión. Una precampaña mal gestionada, sin un trazo estratégico adecuado, con malos candidatos y plagada de errores, seguramente generará un impacto negativo. Por el contrario, una campaña bien gerenciada, con estrategias efectivas, con buenos candidatos y sin errores, seguramente generará un efecto positivo.

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