En el mes de enero pasado publiqué un reportaje referente al veinte aniversario del disco Ten, de Pearl Jam. De esta forma quedó impresa una investigación sobre el valor de su música y la trascendencia de su obra. En este contexto, a pocos días de que este suplemento dedicara su portada y páginas centrales a las dos décadas del álbum Nevermind, de Nirvana, situación que habla de un momento de conmemoración, pero igualmente apunta hacia un vínculo histórico y la presencia que ambas agrupaciones poseen en la actualidad, ocurrió el miércoles pasado el estreno mundial del documental Twenty, del director Cameron Crowe. Un certero trabajo que muestra la travesía de Pearl Jam durante los últimos veinte años.
Twenty permite conocer con puntualidad el cruce por las diferentes etapas de Pearl Jam. Dirige sus esfuerzos en realizar un completo registro para la historia del rock, y proporciona elementos suficientes para sustentar y comprender por qué Pearl Jam efectuó una verdadera revolución musical. La llegada de Ten como un disco definitorio —no el único en su trayectoria— que propició una de las primeras grabaciones unplugged, y que siempre conservó la firme actitud del grupo frente a los medios y la industria.
Para lograr este resultado, el grupo recurrió al director Cameron Crowe, personaje que conoce detalladamente a Pearl Jam. Crowe fue el director de la película Singles, una producción que retrata la visión de la Generación X, y en la que Pearl Jam participó como el grupo Citizen Dick. El director rescata en Twenty uno de los episodios axiomáticos que dieron forma al interior de Pearl Jam: Mother Love Bone, grupo en el que el vocalista Andrew Wood estampó su propio sello, convirtiéndose tras su muerte en una figura determinante para los cimientos de Pearl Jam, y que originó un homenaje póstumo llamado Temple of the Dog.
El testimonio de Chris Cornell referente a Andrew Wood otorga a este documental un instante único. Los recuerdos de Cornell son de agradecimiento y admiración hacia un fiel amigo con el que compartió sus primeros lances en la fría escena de Seattle. Cameron Crowe efectúa un breve acercamiento a los desaparecidos músicos Layne Staley y Kurt Cobain, este último con una reservada opinión sobre Pearl Jam, situación que da un giro completo cuando en una escena se observa a Eddie Vedder y Kurt Cobain bromeando amigablemente durante una entrega de los premios MTV. Un abrazo entre los protagonistas que definieron la música de principios de los noventa.
Así, Cameron Crowe le da a Eddie Vedder el casete con el que éste dio a conocer su voz a la banda y que provocaría su llegada. La respuesta del músico es: “¡Qué loco!”. Stone Gossard, Jeff Ament y Mike McCready comentan que la primera vez que escucharon la voz de Vedder sencillamente se cuestionaron: “¿Es real?”. Con la ayuda de flashbacks, Twenty compila las primeras presentaciones de Pearl Jam en pequeños escenarios hasta llegar a los grandes festivales, escenas extraordinarias en las que el grupo desata su energía. Los lanzamientos hacia la marea humana, y las acrobacias de Eddie Vedder son una sacudida total.
El nacimiento y crecimiento de una agrupación que enfrentó el éxito, y que aprendió de sus raíces. El boicot a ticketmaster como una postura coherente al discurso del grupo. Situaciones trágicas como la ocurrida en el Festival Roskilde, en Dinamarca, en donde nueve personas murieron en pleno concierto. La pérdida de popularidad por un estricto compromiso de hacer música sin ataduras. Todo esto es sólo una parte en la historia de Pearl Jam, y Twenty lo condensa de una manera fiel.
Un documental que deja ver a Pearl Jam cercano, reconocible para una generación que creció y vivió con su música. Un trabajo que revaloriza a los creadores de “Do the Evolution” como una de las grandes bandas de rock en toda la historia. Pero, sobre todo, un registro audio visual que lleva a comprender la dirección actual del grupo.
Pearl Jam ofrecerá un concierto en la Ciudad de México en noviembre próximo. Su segunda visita a este país, y los ánimos están encendidos. Twenty envuelve aquella presentación en 1993 al lado de Neil Young, sólo para recordar aquella poderosa canción “Keep on Rockin in the Free World”.
