Los aspirantes a la Casa Blanca: las propuestas

607

En los procesos de elección presidencial, el tema que suele llamar más la atención es la popularidad de los candidatos medida en encuestas. Esto no es casualidad. Sin duda es el indicador más relevante, porque avizora quién será el próximo mandatario. En contraste, un tema que recibe menor atención son las propuestas de campaña.
Las propuestas de los candidatos son importantes, porque muestran su visión de país. Sin embargo, también deben tomarse con cautela, porque el país que los políticos imaginan en campaña suele diferir de aquel que en realidad gobiernan. Por ejemplo, el actual presidente Barack Obama no pudo cerrar la cárcel de Guantánamo y no ha solucionado la crisis económica. Empero, su país imaginado se volvió realidad en aspectos como el fin de la guerra de Irak, la aprobación de la ley “No preguntes, no digas”, y porqué no, los avances en la reforma de salud.
En busca de su segundo mandato, Obama presenta como sus mejores cartas los logros alcanzados en su primera administración. Apuesta por la continuidad. El presidente presume de tener un mejor y más equitativo acceso a la salud, de un buen saldo en creación de empleos, así como de haber reformado Wall Street y mejorar el acceso a la educación superior de las clases medias. La joya de su corona es el fin de la guerra de Irak. Obama, siguiendo la tradición de los presidentes demócratas, apuesta por una mayor intervención del Estado y una política exterior menos conflictiva.
El contrincante del presidente se ha definido. Es Mitt Romney. Actualmente el exgobernador de Massachusetts ha asegurado 568 delegados, rumbo a la convención de Tampa, frente a los 273 conseguidos por su rival más próximo, el ultraconservador Rick Santorum.
Romney representa la opción menos radical del partido republicano. Su sitio web de campaña recibe al visitante con el perfil conservador del pre-candidato, quien es capaz, se remarca, “de cortar el gasto público” y “sacar al gobierno del camino del sector privado”. Sus propuestas se resumen en tres grandes líneas: empleo y crecimiento económico, un siglo americano en política exterior, y un gobierno más pequeño, más inteligente y más simple.
Por su parte, Rick Santorum anunció su retiro de la contienda por la nominación republicana. El exsenador por Pensilvania proponía las líneas más conservadoras rumbo a la Casa Blanca: “Su visión es restaurar la grandeza de los Estados Unidos mediante la promoción de la fe, la familia y la libertad”. En su “Agenda de Libertad Económica”, proponía desatar el potencial energético de su país y reducir impuestos para aumentar la competitividad. En rubros sociales, como la educación y la salud, Santorum propuso que sea el “consumidor” y el propio paciente quien se haga cargo de estos servicios.
Los precandidatos republicanos guardan semejanzas y similitudes. Ambos pugnan por la reducción del gasto público y por un Estado más pequeño y menos interventor en la economía. No obstante, en política exterior Romney buscaría que “el poder estadunidense preserve la seguridad y prosperidad de Estados Unidos y de sus aliados”. Mientras que Santorum se declaraba “creyente del excepcionalismo americano”; de acuerdo con él, quienes atacan a Estados Unidos lo hacen porque “odian todo lo que somos: una tierra de libertad, prosperidad e igualdad”.
Un breve repaso por las propuestas indican diferencias relevantes entre los candidatos. El presidente Obama goza de leve ventaja sobre su contendiente republicano (Romney). La moneda está en el aire. Mientras tanto, los aspirantes a la Casa Blanca se encuentran imaginando al Estados Unidos que ellos gobernarán. La pregunta interesante es: ¿Cómo será el Estados Unidos que en realidad gobiernen?

Artículo anteriorAcuerdo No. RGS/001/2012. Que establece los lineamientos para promover la flexibilidad curricular.
Artículo siguientePropuesta en la que se plantea la modificación del Reglamento del Programa de Estímulos al Desempeño Docente de la UdeG