Liderazgo situacional de los estudiantes “Yo soy el 132”

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Si alguien dice que no existe el liderazgo situacional, el movimiento de los estudiantes en México, denominado “Yo soy el 132”, dice lo contrario. ¿De dónde asumieron el liderazgo y responsabilidad como jóvenes estudiantes, que tienen ante el fenómeno de las elecciones 2012?
Nace su movimiento en la Universidad Iberoamericana el 11 de mayo, con la inconformidad ante el candidato del PRI. ¿Cuál es su demanda? ¿Por qué salen a las calles?
De entrevistas que realizó el noticiario CNN el 23 de mayo a 132 jóvenes de los 15 mil que asistieron a la manifestación, se construyó una nube con el software Wordle, en el que es posible identificar que su petición está encaminada a los medios de información y tener un México en donde la verdad prevalezca y que éstos no sean un medio de manipulación.
Su liderazgo es evidente: tiene un consenso de 54 universidades. Predomina la UNAM, Ibero, IPN, entre otras. El perfil del joven es de 22 años promedio y el 47 por ciento de la muestra son mujeres, lo cual refleja el nivel de madurez de los jóvenes y que están seguros de lo que solicitan.
Sus peticiones han evolucionado y tienen resultados positivos: las televisoras transmitirán los debates y podrán ser observadores en las elecciones.
No obstante, pregunto: ¿por qué los jóvenes no demandan a los candidatos un proyecto de nación? ¿Por qué no protestan y establecen compromisos con los candidatos para que se invierta en educación e investigación? ¿Por qué no solicitan que el gobierno reduzca los salarios en todos sus niveles de gobierno y prestaciones, que son incongruentes con el país que gobiernan? (Véase el caso de Francia, donde a los tres días de su nuevo gobierno, se bajan el 30 por ciento de su salario). ¿Por qué no solicitan que la agenda y proyecto de gobierno esté dirigido a resolver los problemas de México? Hay 28 millones de mexicanos en la pobreza alimentaria, poco empleo y mal remunerado, gobierno austero, pero eficaz para eliminar el uso y abuso de los fideicomisos, tenemos las elecciones más costosas del mundo, altos salarios de los funcionarios (véase el caso de los magistrados que ganan más de 400 mil pesos mensuales), la concentración económica, entre otros problemas a resolver.
Ante esto, ¿los cuatro candidatos tienen un proyecto de nación? ¿Cuentan con un proyecto de gobierno? ¿Están de su lado, líderes que los sustenten?
Ante estas interrogantes, algunos contestarán que sí e incluso que ya conformaron sus cuadros de gobierno. Pero, ¿quién los va a evaluar? ¿Cómo lo harán? ¿Cuándo? ¿Con quién?, y en este caso, ¿cuál es el papel del estudiante que se ha manifestado desde el 11 de mayo, sin cuestionar la agenda de gobierno de los candidatos?
Por qué no exigir a los candidatos de que sean congruentes y se establezca una agenda de gobierno conforme con la realidad y no manejen mensajes que jamás van a cumplir, como es el caso de Peña Nieto. “Vales de medicina para todos”. Josefina Vázquez: “El día que yo sea presidenta, la vida de las mujeres va a cambiar” o López Obrador, con cambios constantes en su discurso.
Quedan en el tintero algunas preguntas sobre el estilo de liderazgo situacional del estudiante. ¿Qué pasará después de las elecciones? ¿Cuál será su rol?
La disposición de conformar una red, con el objetivo común de lograr un México democrático y centrado en el desarrollo humano, es su principal reto.

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