Legislación electoral un fracaso completo

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La legislación mexicana es la que tiene mayor regulación en el mundo con respecto a las campañas mediáticas a nivel electoral. Sin embargo, es un fracaso completo pues no ha eliminado la guerra sucia, afirmó Francisco Aceves, investigador del Departamento de Estudios de Comunicación Social, de la Universidad de Guadalajara.
El investigador diferenció la publicidad negativa de la “guerra sucia”. “La primera es señalar en qué se ha equivocado un candidato opositor, en qué no ha funcionado. La ‘guerra sucia’ no trata de confrontar las propuestas, sino de descalificar al adversario mediante el uso de la calumnia, la difamación o mediante el acceso de información obtenido de manera ilícita y ofender en aspectos morales. Se trata de destruir la reputación del adversario”.
La reforma a la legislación no es la solución, ya que no hay legislación capaz de someter y garantizar el comportamiento de los partidos políticos. No es el texto escrito, sino la aplicación que de ella se haga por parte de los actores y cómo la aplican las autoridades.
En México la ley puede violarse y no pasa nada, situación que no ocurre en otros países. En el año 2006 hubo conato de guerra sucia contra Evo Morales, del estilo y tónica de la que hubo alrededor de un candidato a la presidencia en México. “La diferencia sustancial es que en el primer caso la autoridad actuó drásticamente. Hubo sanciones a los partidos y a los medios que reprodujeron ese tipo de información. En cambio en México eso no ocurrió, ya que en este país tenemos una autoridad electoral (IFE y TRIFE) sometida a los intereses de los partidos políticos”.
“En ese contexto se podrán hacer 20 reformas, incrementar otros 50 artículos a la legislación, y no hay ninguna garantía”.
El académico explicó que “la guerra sucia” no es un invento contemporáneo, ni nace con las campañas modernas, ni la mercadotecnia política. “Siempre ha estado ligada al poder. El anónimo y el rumor fueron armas que se utilizaron permanentemente en las contiendas políticas, en la lucha por el poder”.
Detrás de la guerra sucia se agazapa el fanatismo, el pensamiento único, la tentación de imponer como única determinada visión de la vida y eso conduce al fascismo, de ahí el peligro de la guerra sucia, donde no hay una argumentación, sino una descalificación sobre el adversario.
“La guerra sucia”, además, impide el crecimiento y la consolidación de la democracia. No proviene de una diferencia de ideas. Es una guerra que genera exclusión, mofa y odios al adversario político. Eso es algo muy grave, porque en una democracia, las ideas plurales son la base y ninguna idea es un peligro, continuó Roberto Castelán, rector del Centro Universitario de los Lagos (CULagos).
Francisco Aceves y Roberto Castelán hablaron en rueda de prensa sobre “la guerra sucia” y la anulación del voto.

La iglesia también hace guerra sucia
El rector de CULagos señaló que “la guerra sucia” tiende a subir de tono. “Los partidos empezarán a emplear los instrumentos que tengan a la mano para golpear con todo al contendiente”.
La Iglesia Católica también puede hacer guerra sucia cuando se mete en asuntos políticos y apoya algún partido. “Sabemos que en algunos pueblos los sacerdotes citan a los candidatos y opinan sobre éstos. Eso para mí ya es ‘guerra sucia’, es violentar la ley mexicana”.
    Roberto Castelán se mostró a favor de hacer valer la democracia, expresándose mediante el voto.

“La guerra sucia” causa hartazgo entre la ciudadanía
ADRIANA NAVARRO

Los políticos parecen que suben al ring y desde las gradas la ciudadanía muestra cada vez más hartazgo de políticos absurdos, carentes de nuevas ideas e incongruentes en acciones, como don Marco Paredes, que ya no encuentra por quién votar: “Yo opino que la guerra sucia entre los políticos es solamente perder el tiempo distrayendo la atención de la gente en asuntos poco relevantes, aparte que no hay opciones políticas buenas, ya que no hay un candidato idóneo por ningún lado”.
El señor Vicente Vallejo Gallegos, de la política está harto: “Me da asco la política. La verdad no sé si votaré, porque al candidato ni lo, conozco en fotografía, ni de que familia viene, qué preparación tiene, no sé nada. Eso es votar a ciegas. No sé que es lo que más convenga”
Para Mario Rodríguez, quien vende dulces en el Parque Rojo, es “una falta de respeto “la guerra sucia”, porque mientras hay gente que no tiene para el camión, ellos están buscando todo el dinero en publicidad, en propaganda. Dicen que estamos en crisis, pero lo que vemos es que los señores pasan en camionetotas con guardaespaldas. En realidad van por el dinero, por el presupuesto”.

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