Las cosas como son

779

Casa Escorza inauguró la exposición 20, del fotoperiodista Daniel Aguilar, con motivo de sus 20 años de carrera profesional.
Lo suyo es la cámara, señaló, aunque no se sentiría bien sin una causa detrás. Su palabra clave: “documentar”. Para él nada vale la pena si no se documenta, un hecho puede ser relevante ahora como noticia, pero luego será historia.
Las 52 fotos que se muestran son imágenes que pueden parecer agresivas. Están impresas en formatos pequeños, lo cual hace que el espectador pueda acercarse a ver en detalle cada una, de manera íntima. Después de todo ese es el sentido, impactar al observador.
Es muy difícil resumir 20 años de carrera en unas cuantas fotos, por lo que el propio autor prefirió abstenerse de la selección, ya que su ojo crítico se ve viciado por el esfuerzo que le pudo haber costado lograr una determinada imagen.
La exposición retrata muchas tragedias humanas, pero ese no es el sentido estricto, “no se puede evaluar qué tragedia es peor”. Se destinó la elección únicamente a la fotografía, cuáles mostraban mejor la realidad desde un punto de denuncia, pero con una imagen óptima. Los tópicos: linchamiento de un hombre en Haití, sobre lo que dice “la muerte tiene olor y el odio se percibe”; Balseros cubanos; China: la parte que no se ve; Oaxaca; un golpe de estado en Venezuela, y el narcomenudeo.
Daniel cumple la labor de traductor de lo que pasa en el mundo con sólo una imagen. Esa capacidad para simplificar la realidad compleja es lo que lo ha llevado a hacerse acreedor de diferentes premios nacionales e internacionales.
Actualmente es fotógrafo de la agencia de noticias Reuters (desde el año 1997) y forma parte de la revista de fotoperiodistas FOTODA.
La exposición seguirá camino por Mazatlán, en el festival Fotoseptiembre, por el Metro de la Ciudad de México, Oaxaca y Zacatecas.
Permanecerá en Casa Escorza hasta el 22 de agosto.

Artículo anteriorDictámenes aprobados por el H. Consejo General Universitario en Sesión Extraordinaria del 19 de Junio de 2009
Artículo siguienteLa sociedad ganó