Las anécdotas sobre Balcells

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Siempre que se piensa en los agentes literarios o en los editores, la figura que aparece en el imaginario común es la de un actor importante, trascendente, y que sin embargo se oculta en las sombras y no aparece en las portadas de los diarios ni en las fotografías de los eventos. Sin embargo, Carmen Balcells resultó para el mundo de las letras una pieza fundamental debido a las tareas en pro de los derechos de autor que desempeñó a lo largo de su vida, y seguido aparecía en las anécdotas de los escritores y editores a los que representó en cada entrevista y/o tertulia literaria.

“Desde mis inicios como editora, hubo una figura mítica, legendaria, a la que todos los editores nos referíamos con una inmensa admiración y respeto: Carmen Balcells, quien a través de su agencia literaria impulsó y dio vida a la obra de autores indispensables de nuestra región, creando con ello el así llamado Boom latinoamericano. Años después escuché, en voz de autores como Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Nélida Piñón, historias y anécdotas que volvían a Carmen un ser más cercano. Lamento mucho su fallecimiento. Definitivamente las letras latinoamericanas están de luto”, compartió Marisol Schulz Manaut, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), en un comunicado que envió la coordinación de la Feria, ante la pérdida que significó el fallecimiento de Balcells.

Muchas de estas anécdotas siguen circulando ahora en internet, como murmullos del más allá que cuentan los fantasmas de los escritores que estuvieron bajo su ala. “Gracias a Carmen Balcells voy al mercado cada mañana”, llegó a decir el uruguayo Juan Carlos Onetti antes de firmar en su agencia; y es que Carmen Balcells fue una de las primeras gestoras de los derechos de traducción de autores extranjeros, entre otras grandes hazañas que alguna vez hicieran al escritor Manuel Vázquez Montalbán, amigo y representado de la agente, asegurar que ella pasaría “a la historia de la literatura universal por su empeño prometeico de robarles los autores a los editores para construirles la condición de escritores libres en el mercado libre. Hasta Carmen Balcells, los escritores firmaban contratos vitalicios con las editoriales, percibían liquidaciones agonizantes y a veces, como premio, recibían algunos regalos en especie, por ejemplo, un jersey o un queso Stilton. Antes de que lo consiguieran los futbolistas, Balcells limitó el derecho de retención de los escritores y ayudó a los editores a descubrir las buenas intenciones, reprimidas por un mal entendido sentido del oficio”.

“Carmen queridísima, hasta pronto” publicó en su cuenta oficial de Twitter el escritor Mario Vargas Llosa, como seguro habrían declarado también Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Miguel Ángel Asturias y Gabriel García Márquez, quién alguna vez la llamó La Mamá Grande —como el personaje de su novela— por su fuerte personalidad pero también la candidez con que se le recordará siempre, en la lucha por los derechos de la buena escritura.

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