La violencia como modus vivendi

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100921 ciudad y region descuartizados en palomar y lopez mateos foto jorge alberto mendoza

La frecuente, sobre exposición a los asesinatos, se ha convertido en una actividad cotidiana de los medios de comunicación y con esto se ha generado una nueva percepción social, en la que al parecer los hechos delictivos son cada vez más comunes.
Al respecto el doctor Dante Haro Reyes, profesor investigador titular del Departamento de derecho público, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), aseguró que la sociedad está entrando en una etapa de acostumbramiento ante la violencia, pues ya no les sorprende ver notas sobre personas ejecutas y desmembradas.
Dijo que esto ocurre porque los crímenes se viven a escala nacional y local. La habituación a este tipo de hechos es muy grave ya que afecta principalmente la sensibilidad de los jóvenes, pues rompe con su capacidad de sorpresa.
Haro Reyes mencionó que los análisis forenses, los perfiles criminológicos y otros detalles sobre los asesinatos comienzan a ser muy familiares y cotidianos en el argot de la opinón pública. “Realicé una investigación sobre inseguridad y homicidios en Ciudad Juarez y para los entrevistados decir que hubo seis personas ejecutadas en un día era algo completamente normal”.
Explicó que una de las consecuencias negativas del acostumbramiento a la exhibición de la violencia es que los jóvenes están siendo expuestos a un marco de violencia. “Si vemos la apología del delito en los medios, le sumamos la falta de oportunidades y la desigualdad en las condiciones de vida podemos percatarnos de que estamos obligando a los jóvenes a buscar otros caminos para mejorar su situación económica”.
El especialista en seguridad aseguró que el acostumbramiento a la información sobre descuartizados genera una falta de credibilidad en las instituciones gubernamentales. “Si observamos que estos hechos ocurren frecuentemente con justa razón creemos que las autoridades no están haciendo nada”.
Añadió que la desconfianza en las instituciones genera una visión muy marcada de impunidad y corrupción y esto a la vez propicia que los ciudadanos intenten hacerse justicia por su propia cuenta.
Señaló, además, que la información que se recibe tiene que analizarse ampliamente para evitar afecte la sensibilidad. Haro Reyes indicó que los medios de comunicación deberían de considerar que su labor no es únicamente generar dinero, sino también hacer conciencia al informar.
Por su parte, David Coronado, coordinador e investigador del Departamento de Sociología del CUCSH, dijo que la forma en que los medios de comunicación transmiten los hechos delictivos ha generado que las personas creen escudos y pierdan la capacidad de asombro. “La función de las noticias sorprendentes es asombrar, pero cuando se abusa de ellas comienza un proceso de creación de defensas que bloquean la sensibilidad”.
Aseguró que esta situación es preocupante, pues los negocios más importantes de México y el mundo se están relacionando cada vez más con la guerra, el narcotráfico y el uso del cuerpo como un objeto.
David Coronado resaltó que esto es sumamente negativo pues se está transmitiendo un mensaje que tiene como principal objetivo la destrucción, la desaparición del valor y la calidad humana.
Indicó que esto es alarmante pues la ciudadanía está entrando en una dinamica en la que comienza a ver los actos delictivos como normales y hasta naturales. “En una investigación que realicé en el barrio de Analco sobre violencia descubrí que las personas están acostumbradas a convivir con delicuentes. Están tan habituadas que lo ven como normal e incluso lo ven como una forma de seguridad, pues basta con un saludo para establecer una relación de afinidad y protección”.
El sociológo comentó que otro problema de la “normalidad” ante hechos delictivos es el aumento de la violencia, pues ésta se desarrolla como una espiral. “La violencia normalizada o violencia invisible preocupa porque incluye nuevas formas y ámbitos para que se desarrolle el crímen”.
Afirmó que para acabar con el acostumbramiento es necesario tematizar y cuestionar lo que sucede en el entorno, pero esto no basta, pues también se deben de escudriñar sus raíces y se deben proponer soluciones concretas.

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