La Universidad trabaja con tranquilidad

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La Universidad de Guadalajara funciona con total apego a la legalidad y a sus órganos colegiados. Los universitarios son y forman una comunidad madura apegada a la norma que la Ley Orgánica establece, pero no con un apego pasivo. En este momento hay autoridades legítimamente constituidas que trabajan en beneficio de los universitarios, señaló el recién nombrado vicerrector de la máxima casa de estudios de Jalisco, doctor Miguel íngel Navarro Navarro.
“Las decisiones tomadas fueron en defensa de la institucionalidad, al exigirles a los órganos colegiados el respeto a las atribuciones que la misma ley les establece”, refirió después de recapitular los acontecimientos ocurridos al interior de la Universidad de Guadalajara.
En entrevista, el ex rector del Centro Universitario de los Valles (CUValles) comentó que estos hechos no afectaron en ningún momento la vida institucional, las escuelas nunca suspendieron clases y las oficinas siguieron trabajando. Asimismo, el relevo de autoridades tampoco interrumpió la marcha.
“En algunas dependencias hubo lentitud en el ingreso de trabajadores al solicitarles su identificación como universitarios. Esto por las amenazas que habíamos recibido de toma de instalaciones, de violencia. Por lo que fueron tomadas las precauciones debidas, pero nunca se suspendieron las labores”.
Hoy los investigadores tienen las condiciones para continuar su trabajo, los alumnos para asistir a sus clases y los profesores a las aulas. Esto jamás tocó las funciones sustantivas de la Universidad: la docencia, la investigación, la extensión y difusión de la cultura. Todo siguió funcionando.
El vicerrector de la UdeG apuntó que los universitarios tomaron los sucesos con madurez. “Es una comunidad universitaria informada y los hechos han sido comprendidos mejor que la opinión pública, donde hay mercadotecnia, política y manejo mediático”.
A pregunta expresa sobre el rumbo que tomará la Universidad después de lo ocurrido, Navarro indicó que continuará trabajando en tareas pendientes como la actualización del Plan Institucional de Desarrollo: “Dado que el entorno es dinámico, y está cambiando, tenemos que corregir el rumbo, rectificar en algunas áreas o ratificar lo que queremos ser y cómo lo vamos a lograr en los aspectos que lo ameriten”.
Otra tarea es operar la descentralización aprobada por el Consejo General Universitario, de tal forma que los centros universitarios recobren o tomen las atribuciones administrativas que desde el principio les estaban atribuidas en la creación de la red y que se detuvieron con el tiempo.
“Tenemos que revisar el estado actual de necesidades urgentes de nuestra red universitaria. Hay un desarrollo desequilibrado entre los centros universitarios y la administración general. Decidir cuál es equilibrio que tiene que haber entre los centros de las diferentes regiones, y dar atención a la demanda de la educación en el nivel medio superior y nivel superior. Todo con planeación que es la función del órgano de rectores”.
Para finalizar refirió que hay una deuda histórica con los universitarios: conseguir mejores condiciones de trabajo y de retribución económica. “Lamentablemente nos encontramos en el entredicho porque dependemos del gobierno federal y estatal en el subsidio para poder mantener la gratuidad, el acceso a todos los sectores sociales menos favorecidos a la educación, y ofrecer educación de calidad, lo que no hemos fallado”.

En corto…

La gaceta

El pasado 3 de septiembre, en la Sala de ex rectores, el Rector general de la Universidad de Guadalajara, Marco Antonio Cortés Guardado, ratificó en su cargo como secretario general a Alfredo Peña Ramos y nombró como vicerrector ejecutivo de la máxima casa de estudios de Jalisco, al doctor Miguel íngel Navarro Navarro.
Respecto a Alfredo Peña Ramos, Cortés Guardado mencionó que “por la experiencia, por ser un excelente amigo y persona, además del ambiente de cordialidad que se gesta a su alrededor, como lo ha demostrado en innumerables ocasiones en las que ha dado muestra de eficiencia, lo ratifico en su cargo como secretario general”.
“En el caso de Miguel íngel Navarro Navarro, se trata de un universitario de cepa, que trae tatuada la camiseta de la UdeG después de 35 años de laborar en la institución. Él, además, está preparado en temas académicos, en especial en investigación educativa, por lo que tiene el perfil idóneo para encarar el puesto, además de que en el tema de la descentralización será vital su participación”.

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