La sutileza de St. Vincent

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Detrás de St. Vincent se encuentra la figura delicada y el ingenio de Annie Clark. Tres producciones discográficas resultan suficientes para posicionar a esta compositora y cantante como poseedora de una propuesta musical vivaz y sugerente, que mantiene distancia de las canciones fáciles que inundan la escena pop.
Marry me, álbum cándido y de corte elegante, significó un primer paso certero para despertar interés en el círculo independiente. Con Actor, St. Vincent concentró esfuerzos en temas etéreos, evocadores de filmes dramáticos y antiguos e imprimió atrevimiento al conjugar disonancias con armonías. Strange Mercy, la placa más reciente de Annie Clark, es un disco que más allá de la suma de experiencias, puede traducirse en un trabajo que conduce a un espacio musical más propio y complejo.
Strange Mercy sitúa a St. Vincent como una realidad, que transporta en momentos a la obra de la primera Bjí¶rk, y la aproxima a cantautoras como PJ Harvey y Tori Amos. El álbum recorre la electrónica y se entremete inteligentemente en el rock pop. “Cruel”, “Neutered fruit”, “Hysterical strenght” y “Champange year” evidencian el crecimiento musical de Annie Clark.
Con una novel carrera, pero no por ello trivial o improvisada, St. Vincent constituye una de las propuestas, que desde una óptica audaz y sensitiva, encabezan una nueva camada de músicos.

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