La realidad pasada por cuchillo

981

La exposición Historias de memoria narra la realidad violentada por el arte.
Daniela Edburg tiene un referente directo en David Lachapelle. El uso del color como crítica de la abundancia. La decadencia de una civilización bien alimentada, que toma el té acompañado con Prozac en fríos lofts.
Paula Islas retrata la cotidianeidad y destruye los clichés de lo femenino. Ella se acerca al hiperrealismo, pero desde un ángulo cercano a lo que hizo Annie Leibovitz con su exposición Mujeres. Susan Sontag en un ensayo sobre fotografía hablaba de este trabajo, que aplica a la serie Recetas para la felicidad de Islas: “la identificación de las mujeres con la belleza era una manera de inmovilizarlas. En tanto que el carácter evoluciona, revela”.
Adela Goldbard coquetea con el surrealismo. Sus Construcciones imposibles develan mundos, como lo hacía Marcel Duchamp con sus imágenes saturadas de símbolos.
Cierra el cuarteto Paola Dávila. Sus fotografías Polaroid son snapshots de lo inmediato. La mirada desenfocada muestra a un oso amenazante: el plástico cobra vida en la vorágine de la realidad.
Como colofón, la cita más célebre de Richard Avedon: “Toda fotografía es precisa. Ninguna es la verdad”.

Artículo anteriorAntonio Ortuño
Artículo siguienteQue no viaje solo