La picaresca de la supervivencia

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Guadalajara. Jalisco. MŽxico. 19 de Marzo del 2009. Trabajo Informal en el centro historico. JosŽ Mar’a Mart’nez

En Ciudad Guzmán quienes viven del trabajo informal ven su oficio como un medio para subsistir, pero a la vez buscan entretener e intercambiar ocio por monedas.
Carpinteros, zapateros y alfareros; hombres que cantan a capella en las plazas públicas, otros que realizan actividades cómicas en semáforos y quienes fabrican la ropa de los danzantes. También un hombre dedicado a vender el tradicional tejuino y una mujer que durante 35 años ha vendido semilas de calabaza, a la par de otra que cocina “tamales de ceniza” de manera artesanal.
No es un panorama distinto al de otras entidades como la propia Guadalajara, pero en el Sur del estado estas actividades se realizan con singular picaresca, a decir de Soraya Santana Cárdenas, jefa del Departamento de Arte, Cultura y Desarrollo Humano del Centro Universitario del Sur (CUSur) y autora de un estudio cualitativo cultural del trabajo a partir de la economía informal.
“Hay muchas personas que trabajan en las regiones del sur, se autoemplean, tienen trabajos decentes y sus ocupaciones tienen un significado del trabajo”.
Se estima que en todo el país unos 18 millones de personas trabajan en este sector. Jalisco es uno de los mayores productores de comercio informal a escala nacional debido a la falta de oportunidades —principalmente en la población adulta— Sin embargo, en municipios jaliscienses como Ciudad Guzmán, el trabajo informal tiene otra característica: también es cultural. La motivación es el patrón común que siguen estos oficios. Les gusta su oficio y su trabajo está acompañado de una motivación que va más allá de su profesión. “Uno de los personajes es un señor de 60 años que trabaja en el jardín principal de la ciudad. Se sube en un caballo de juguete y cuando está el semáforo en rojo para los coches, jinetea y se acerca a pedir monedas. Hay toda una picaresca y creatividad en torno y detrás de ellos hay una toda historia de vida” , explicó la académica.
La especialista en psicología del trabajo propone que la administración pública local apoye a las economías informales. “Estos referentes culturales también tienen su aporte turístico y deben formar parte de un proyecto local”.
El objetivo, dijo; “es dignificar a estos personajes que trabajan con una motivación, porque en entidades como éstas, la cultura no sólo está en los museos, también está en las calles”.

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