La fotografía no está en la cámara, está en el fotógrafo. La fotografía comienza del instrumento para atrás. La semana pasada Alberto Gómez Barbosa anunció que su acervo fotográfico sería resguardado por la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco Juan José Arreola y que en una ardua labor quedaría enmarcada con una exposición: La fotografía en Jalisco. Creadores actuales, compuesta por veintidós fotógrafos en activo que inundarían con imágenes dos plantas del recinto.
Junto con la inauguración, personal de la Biblioteca y el propio Gómez Barbosa idearon hacer un catálogo más amplio: realizar una mesa de trabajo (que se llevó a cabo el pasado viernes) con miras a la reflexión del oficio, donde Rocío Lomelí, José Hernández Claire y Luis/Caballo conversen entre ellos —a manera de debate-charla— y con los asistentes, sobre “El panorama actual de la fotografía en Jalisco”; pues una oportunidad para practicar el oficio es la incursión de las nuevas tecnologías, con “esos aparatejos que tienen una cámara integrada y que también sirven para hablar por teléfono”, dice Gómez Barbosa.
Todo esto sirvió para inaugurar la Fototeca de Jalisco, que quedó resguardada tras los muros de la Biblioteca. Este acervo se compone, actualmente, por sesenta y cinco mil noventa y nueve negativos en blanco y negro y nueve mil quinientos treinta y ocho a color, además de mil ciento cuarenta y tres fotografías, que pertenecen a la Colección Alberto Gómez Barbosa. A la par, se suman veintidós mil fotografías en blanco y negro y a color, que forman parte de la Colección Emilio García Riera, mismas que dan testimonio de la evolución del cine mexicano, éste último, que ya ha servido de referencia para la consulta de investigadores de cine o para las ediciones del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG). Junto con estas dos colecciones, se suman las ciento treinta y una fotografías donadas por los veintidós fotógrafos que participan en la exposición, que se exhibirá hasta el próximo 30 de noviembre y en la cual resaltan trabajos que van desde lo análogo hasta los hechos con dispositivos móviles.
“La evolución que ha tenido la fotografía es algo que yo no hubiera imaginado hace veinte años”, comenta Gómez Barbosa y dice que actualmente todo mundo puede tomar fotografías, mas no hacerlas: “Ahí radica la diferencia, se toman millones de fotografías en el mundo, pero se hacen pocas”.
Sin embargo, el propio fotógrafo argumenta que la incursión de las nuevas tecnologías y de aplicaciones exclusivas para foto, como Instagram, han enriquecido el ejercicio, pues basados en el ejemplo de la pintura —que evolucionó desde el uso de piedras blandas y la pigmentación a través de plantas hasta a materiales como el óleo, la acuarela y el spray— la fotografía tiene un lugar con los nuevos instrumentos en la era digital, con herramientas como el Photoshop o con cámaras como las que integran los celulares.
“Yo considero que la fotografía comienza del instrumento para atrás. La fotografía no está en la cámara, está en el fotógrafo. Es éste, a fin de cuentas, el que realiza el trabajo, el elegir qué retratar, el crear su composición. Ahorita el Photoshop ¡bendito!, me está permitiendo rescatar negativos de hace más de cincuenta años, que los he encontrado con rayones, con hongos, etc.”.
Una de las reflexiones que Alberto Gómez Barbosa deja para las nuevas generaciones de fotógrafos es precisamente aprovechar lo nuevo, pero no descuidar el hacer foto, ya que agrega que se hace fotografía pensando en componerla en Photoshop: “La foto que hay que hacer se efectúa desde el inicio, desde el hecho de ver la composición mucho antes de encuadrarla. Cuando uno sube la cámara al ojo, ya tiene la foto hecha desde antes de tomarla”.
Concluye: “La cámara es un instrumento y hay quien puede hacer un excelente trabajo con un celular, se me hace que hay cosas maravillosas que se pueden hacer. Es una gama muy abierta en cuestión de fotografía en Jalisco”.
