La herencia estacionada

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Al difunto se le llora unos días, pero los bienes que poseía pueden reñirse por años. Los innumerables casos de familias que terminan en discordia a causa del desacuerdo al que se enfrentan por poseer los bienes del fallecido, demuestra la importancia de hacer puntualmente un testamento, pues tal parece que lo que más trasciende después de la muerte, es lo que una persona deja intestada.
Para realizar un testamento debe acudir la persona con un notario, de manera individual, para que nadie lo presione. Cuantiosas historias existen sobre casos en los que una persona es convencida de firmar algún papel, cediendo sus bienes mientras agoniza en cama y ya no goza de sus facultades mentales. Hubo casos en los que se plasmaba la huella digital del propietario incluso después de muerto. Es por eso que ahora se hace de manera individual y ante un notario, comentó José Luis Nieves, presidente de la Asociación de jubilados, pensionados y viudas del estado de Jalisco, quien se ha enterado de innumerables casos con este tipo de abusos. Â
Las consecuencias que sufren los familiares del difunto que no hizo testamento, comenta el maestro Eduardo Castañeda, de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara, son tiempo, esfuerzo y dinero. Además de que se hieren algunas susceptibilidades, pues hay casos en los que el heredero se crea derecho por haber tenido más cercanía con el extinto; hay ocasiones en las que aparecen hijos nacidos fuera del matrimonio para reclamar parte de la herencia; o lo más común, la pugna entre los integrantes de la familia. Para evitar esas situaciones, lo recomendable es acudir al notario y hacer un testamento en cuanto se adquiera algún bien.
El procedimiento que se realiza en cuanto muere una persona intestada, comenta el presidente de la asociación de jubilados y viudas, es en primer lugar abrir un juicio, la instancia correspondiente es el juzgado familiar. “Ya que se declaró intestado, se publican los edictos en el periódico para que cualquier persona que se siente con derechos de reclamar parte de la herencia pueda hacerlo”.
La solución  más factible, en la mayoría de los casos, ha sido vender los vienes y repartirse la ganancia en partes iguales. Cuando no existe acuerdo entre los posibles herederos, es cuando empiezan los problemas, pues el juicio puede tardar años.
A pesar de los muchos casos de personas intestadas, la cultura del testamento se ha implementado en Jalisco. Estadísticas del Consejo de la Judicatura del Estado muestran que en 2007 se registraron mil 760 casos de personas que no hicieron testamento, y mil 112 que sí lo hicieron; pero para 2008 el panorama se tornó favorable. A pesar de que hubo más casos de personas intestadas, en proporción aumentó el número de quienes decidieron hacer testamento. Se registraron mil 865 casos de personas que no hicieron testamento y mil 143 que sí lo hicieron.
Comenta el maestro Castañeda que este avance se debe a que “el colegio de notarios, consciente de esta problemática, como que se pusieron de modo. En septiembre es el mes del testamento y hacerlo durante este mes cuesta mil 200 pesos”. Si un testamento se realiza fuera de ese mes, cuesta según el arancel que adopte cada notario un promedio de tres mil pesos, si se hace fuera de la notaría puede costar hasta cinco mil pesos.

Ocho años en pugna
El caso de Manuel Plata es un reflejo de los problemas que se originan cuando una persona no toma las precauciones pertinentes para no heredar problemas. Ocho años lleva la familia entre juicios, abogados y amparos sin llegar a un acuerdo. Incluso los herederos directos, que son los hijos de la difunta Juana, también ya murieron, pero son ahora los hijos de estos quienes continúan con el caso.
Mi abuela me dejó la mitad de una casa en Tesistán, de 15 metros por cuarenta de fondo, comenta Manuel en tono acusador, pero mis tíos nunca lo quisieron reconocer.
Cuando murió doña Juana, la herencia quedó en discordia entre sus seis hijos, los cuales murieron antes de que terminara el juicio. La última en fallecer fue la madre de Manuel, quien al quedar como única heredera, le otorgó a su hijo la mitad de la casa, pero tampoco lo hizo mediante un testamento, sino con una carta notariada.
Manuel no ha podido reclamar lo que según asegura, le corresponde, pues ahora es con sus primos con quienes se tiene que confrontar, que también buscan obtener una parte de la herencia que peleaban sus padres. “Cuando apenas los abogados me dicen que ya está todo ganado, de repente mis primos se amparan, y así nos la hemos llevado, en puros amparos”.
El conflicto que inició por la ausencia de un trámite legal, ha provocado el distanciamiento de la familia. Es a partir de esas diferencias que la comunicación entre los primos se ha nulificado. “No hemos llegado  a ningún acuerdo, yo les digo que me corresponde la mitad de la casa, pero ellos no lo quieren reconocer… a mí no se me han acercado para nada, ni para negociar ni para nada, a mí ya no me buscan”.Â
Respecto al costo económico que ha requerido el caso, después de ocho años, Manuel no tiene la cuenta exacta, pero comenta que “con lo que he pagado en trámites y abogados pues ya me hubiera comprado mejor un terreno… ya me he endrogado y he trabajado casi nomás para eso, pero ya no tengo bienes para seguir pagando”.

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