La guerra sucia en las campañas electorales

833
ELECCIONES EN GUADALAJARA DIA DOS DE JULIO DE 2006 DIFERENTES ASPECTOS (CASILLAS ELECTORALES, GENTE VOTANDO, DEDO PINTADO, PADRON ELECTORAL)

Las campañas electorales son procesos intensos de persuasión y cortejo de los votantes, que impulsan los partidos políticos y sus candidatos con el objetivo central de ganar espacios de representación pública y construir mayorías electorales estables. En teoría, estos esfuerzos proselitistas son prácticas comunes, en todos los países con sistemas políticos democráticos, que han institucionalizado las elecciones como una forma de disputa civilizada del poder entre diferentes y opuestos grupos sociales.
Una campaña implica también un proceso intenso de investigación, proselitismo, comunicación, organización y movilización electoral realizada por los candidatos con el fin, por un lado, de obtener el voto mayoritario de los votantes para conseguir un cargo de elección y, por el otro, de evitar que los opositores obtengan el cargo de representación pública. Es decir, implica un frente de atracción de votos y otro de rechazo de sufragios para sus opositores.
En este sentido, los candidatos y sus partidos articulan diferentes estrategias tratando de dar razones suficientes para que los ciudadanos voten por ellos y también para evitar que voten a favor de sus adversarios. La idea es no sólo sumar a su favor, sino también restarles a sus opositores.
En los países de América Latina, las campañas electorales se institucionalizaron como ejercicios políticos rutinarios para elegir a sus representantes después de los grandes movimientos de independencia de comienzos del siglo XIX. México logró su independencia de España en 1810, Argentina en 1816, Venezuela en 1811, Chile en 1818 y Brasil se independizó de Portugal en 1822. A partir de estos años, se empiezan a impulsar procedimientos primarios para elegir a sus gobernantes.
En México, por ejemplo, la primera elección para definir a un representante popular, en lo que hoy se denomina Estados Unidos Mexicanos, se realizó en 1828, época que coincidió con el inicio y la construcción del Estado mexicano. A partir de esta fecha, las campañas empiezan a institucionalizarse en nuestro país, como ejercicios rutinarios para definir el carácter de la representación pública. Sin embargo, por muchos años las campañas se transformaron en meros ritos protocolarios para el acceso al poder político, ya que debido a la predominancia de un partido hegemónico de Estado, las contiendas eran realmente inequitativas y avasalladoras.
En otros países de la región, las elecciones se institucionalizaron como prácticas rutinarias para elegir a sus gobernantes. Sin embargo, durante las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX, se orquestaron diferentes golpes de Estado, impulsados por diferentes personajes castrenses y grupos militares, instaurándose gobiernos de corte autoritario en la mayoría de las naciones latinoamericanas.
No fue sino hasta el inicio del proceso de transición a la democracia, que se dio durante la década de los ochenta del siglo pasado, cuando las campañas electorales empiezan a ser más competidas y se transforman en mecanismos legítimos férreamente disputados por dos o más actores políticos para el acceso al poder público. De esta forma, de meros ritos protocolarios como en el caso de México o de prácticas quiméricas, las campañas se tornan en verdaderas confrontaciones entre candidatos y partidos por la disputa del poder, utilizando una serie de técnicas, estrategias, conocimientos y tecnologías existentes en el mercado.
Â
Red de Comunicación y Divulgación de la Ciencia.
Â

1 Este es el principio de la introducción a la compilación: La guerra sucia en las campañas electorales: el ataque, la difamación y el miedo como estrategia política, publicada por Prometeo Editores y la Academia de Ciencias Administrativas, A.C. En este volumen participan, además de Andrés Valdez Zepeda, Octavio Adolfo Pérez Preciado, Mario Alberto Beltrán Villarruel y Delia A. Huerta Franco.
Â
2 Andrés Valdez Zepeda es doctor en estudios latinoamericanos, con especialidad en ciencia política, por la Universidad de Nuevo México. Autor de los libros Mercadotecnia pública (2006) y La guerra sucia en las campañas electorales (2007). Es catedrático de la Universidad de Guadalajara y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. azepeda@cucea.udg.mx

Artículo anteriorLenine
Artículo siguienteDesorganización