La gravedad en el planeta

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Luego de dos años en la órbita de la Tierra, el satélite artificial GOCE (Explorador de la Circulación Oceánica y de Gravedad, por sus siglas en inglés), de la Agencia Espacial Europea, ha proporcionado los datos necesarios para elaborar un mapa del efecto gravitacional en nuestro planeta con la mayor precisión lograda hasta el momento.
El ingeniero Rubén Bautista Navarro, del Instituto de Astronomía y Meteorología, de la Universidad de Guadalajara, explica que en 1957, cuando pusieron en órbita el primer satélite artificial, fue posible visualizar que su trayectoria tenía un comportamiento de alejamiento y acercamiento, según las zonas donde circulaba, “lo que nos obligó a mandar otros satélites medidores de los efectos gravitacionales desde el espacio, como la sonda Prove 2, que es una alternativa de medición gravimétrica, o este satélite europeo, que se puso en órbita en 2009 y ahora nos proporciona la información de dónde existe la mayor gravedad relativa en el planeta”.
El satélite GOCE lleva un gravímetro (instrumento que detecta la gravedad) que incorpora un conjunto de acelerómetros, cien veces más sensible que cualquiera de los usados con anterioridad y que requirieron dos décadas para su fabricación.
La imagen final del planeta obtenida con los datos de este satélite se asemeja a una papa o a una piedra irregular. Sin embargo, este mapa de la gravedad de la Tierra no corresponde con los relieves de su superficie, como argumenta el ingeniero Rubén Bautista.
“Si tuviéramos la oportunidad de quitar los océanos de la Tierra, veríamos que nuestro planeta es notablemente más liso que el planeta Marte, por ejemplo. Aunque tenemos algunas arrugas, como la región de los Himalayas, los Andes o la Sierra Madre Occidental en México. En porcentaje, tomando las alturas relativas, este planeta es bastante liso respecto a otros planetas de los cuales ya se tiene información del sistema solar”.
Según este mapa del efecto gravitacional en nuestro planeta, la zona de menor gravedad relativa en el planeta se ubica al sur de la India, indicado con un punto azul oscuro, y la mayor en el sureste asiático, coloreado de un amarillo brillante. ¿Quieres pesar menos sin hacer dieta? ¡Vete a vivir a esa región de la India!, bromea el ingeniero Bautista. Porque matemáticamente el peso es el resultado de la masa por la gravedad. Es decir, para poder decir que yo peso 50 kilogramos, significa que multipliqué mi masa por el efecto de gravedad y con eso se puede determinar mi peso, no mi masa.
Conocer este efecto de la gravedad relativa en la Tierra sirve para dirigir los satélites en órbita y evitar que cuando pasen por regiones con menor fuerza de atracción se alejen de la Tierra y pierdan su camino.
Según la página oficial en internet de la Agencia Espacial Europea (www.esa.int), los datos sobre la gravedad en la Tierra obtenidos por el satélite GOCE están ayudando a desarrollar un conocimiento más profundo sobre el proceso que causan los terremotos (como el que recientemente devastó a Japón), porque estos movimientos tectónicos dejan una huella en la información gravitacional del planeta.
Incluso, los científicos encargados del proyecto aseguran que usarán los datos obtenidos por el GOCE para entender la dinámica de los océanos del mundo a través de una topografía dinámica y patrones de circulación de los océanos con una calidad sin precedentes.
Para realizar su trabajo durante estos últimos dos años, el satélite GOCE se ha alimentado de la energía solar que obtiene a través de paneles de celdas fotovoltaicas, que a su vez actúan como estabilizadores de esta nave que lleva una de las menores alturas utilizada por un satélite artificial.

Misión lunar
A pesar de enfrentar dos días de retraso por las condiciones climáticas, la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos) envío una misión a la Luna, compuesta por dos naves gemelas: la GRAIL-A y GRAIL-B (Gravity Recovery and Interior Laboratory), para realizar un mapa del campo gravitacional con la mayor precisión posible del satélite natural de la Tierra y el objetivo de conocer los sitios más adecuados para futuros alunizajes, así como la promesa de ayudarnos a entender cómo se formaron la Tierra y otros planetas rocosos del sistema solar.

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