La FIL 26 calienta motores

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La FIL se ha vuelto inabarcable desde hace varios años, eso ya se sabe. Pero sus engranes funcionan mejor que nunca, organizados en varios ejes que se tocan, embonan y hacen marchar a un leviatán domado que este otoño tendrá por protagonistas a Chile como invitado de honor, a Brasil en una comitiva especial, a Jonathan Franzen para inaugurar el Salón Literario, y a Alfredo Bryce Echenique como ganador de un Premio FIL polémico como nunca.
Con una fuerte delegación literaria, Chile ya había dado de qué hablar con el anuncio de una consistente delegación encabezada por escritores de la talla de Jorge Edwards, Raúl Zurita, Antonio Skármeta, Alejandro Zambra, Poli Délano y Alberto Fuguet, así como por el popular caricaturista Alberto Montt, cuyos lectores tapatíos ya agitan las redes sociales con sus ansias.
Lo que no se esperaba es que Brasil tuviera un lugar especial a través de un pequeño festival a modo de matrioska: Destinaí§ao Brasil, una serie de cuatro mesas con lo mejor de la producción literaria carioca en la actualidad. Si bien el gran nombre en torno al cual se abrigaban esperanzas de visita finalmente no apareció en el programa, sí vendrán algunas de las recomendaciones personales de Rubem Fonseca: autores como Joao Paulo Cuenca, Marí§al Aquino y Paula Paristot se suman a otras plumas destacadas como Bernardo Carvalho, Daniel Galera, Cintia Moskovich, Michel Laub y Cristóvao Tezza.
Otra matrioska inesperada es Latinoamérica Viva, una selección de autores seleccionados por la misma feria, al modo de los 25 Secretos Mejor Guardados que el año pasado fueron la recomendación de la casa. En esta ocasión autores como Mosquera Saravia, Rodrigo Lacerda, Israel Centeno, Lina Meruane, Andrea Jeftanovic, Claudia Amengual y Ezio Neyra son algunas de las nuevas promesas a las que habrá que ponerles la mirada encima.
También el Salón de la poesía innova este año, al incluir una buena porción de poetas en otros idiomas además del español y ampliar el panorama de sonoridades del público tapatío: Wolf Wondratscher, Edward Hirsch y Owen Sheers, quienes leerán sus trabajos en alemán el primero, e inglés los segundos.
Pero la sorpresa más grande es sin duda la presencia de Jonathan Franzen, aclamado por la crítica principalmente por su novela Las correcciones (2001), y todo un fenómeno en 2010 a raíz de la publicación de su siguiente novela, Libertad, pero sobre todo por haber sido declarado “el gran novelista americano” en una portada de la revista Time que alzó algo más que cejas y palmas.
Muchos otros galardones se otorgan en el marco de la FIL –aumentados este año con la creación del Premio de traducción literaria Tomás Segovia–, pero cada año se suman a ellos otros homenajes indispensables, sea por efeméride o contingencia. En el primer caso, este año se festejarán los 25 años de la publicación de Noticias del imperio de Fernando del Paso y los 80 de vida de Elena Poniatowska. En el segundo caso, se han organizado cinco actividades en memoria de Carlos Fuentes, para discutir su obra y figura, sin contar que apenas unos días antes de la feria se habrá anunciado al ganador del premio que Conaculta acaba de instaurar con una dotación de 250 mil dólares, una de las más altas en lengua española y la cual supera incluso a la del Cervantes.

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