La exuberante síntesis

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Fotografias de la Exposicion de dibujos de Fernando del Paso en el Ayuntamiento de Guadalajara. Dibujo Amanecer en el Tropico

La profusa narrativa de Fernando del Paso, con la cual nos ha sorprendido a lo largo de más de cuatro décadas, no se parece a sus dibujos; recuerdan el rigor aplicado a su poesía, a los sonetos que ha dejado a la vista de los lectores y que demuestran la capacidad de síntesis del escritor, y se contrapone, de manera rotunda, a José Trigo, Palinuro de México, Noticias del Imperio y Linda 67.
Los dibujos de Paso a paso con Del Paso (en la galería del palacio Municipal de Guadalajara, en el segundo piso) acercan a la manera de imaginar del escritor, y construyen —para beneficio nuestro—, una poética de la composición muy cercana, estamos seguros, a los apuntes que lograron que su narrativa fuera una de las mejores de nuestras letras. Son, creemos, estructuras, pensamientos, apuntes de lo que alguna vez fueron sueños, pesadillas y notas. Quizás alguna vez sean novelas, poemas o ensayos. Porque hay mucho de pensamiento en las estructuras surgidas de la mano de Fernando del Paso, quien fiel a sus influencias, hallamos homenajes a Marcel Duchamps, M. C. Escher, René Magritte y Lewis Carroll, que han enriquecido la imaginación de este obsesivo artista.
Los dibujos brindan una perspectiva de la imaginación casi inagotable de un minucioso artesano, pues cada uno nos lleva a aclararnos que solamente con paciencia se pueden escribir obras narrativas tan extensas y puntuales en las que se ofrece un muestrario de todas las distintas técnicas de la escritura (y que disímiles voces han creado a lo largo de nuestra historia literaria), y logran de la locura —la de algunos personajes de la historia y expuestos a manera de personajes en las obras del escritor— una veta estilística muy particular, reconocible solamente en Del Paso.
Dibujos que son a la vez poemas, entre los mejores se hallan “Travesti” y “Amanecer en el trópico”, los cuales desdoblan el firme pulso del dibujante hasta hacernos sentir que el narrador no existe, no aquel que encontramos en las novelas, ni tampoco al dramaturgo, ni mucho menos al ensayista, ni la persona que ha vivido de la publicidad, sino a todos, pues en un poeta, en un dibujante se encuentran —es posible—, todos los seres dispersos que llevan un solo nombre: Fernando del Paso. En es personaje donde se puede encontrar, también, a la persona que es uno y muchos, que es una vez un narrador, un dramaturgo, un poeta de rigores precisos y consagrado al difícil arte del soneto. Encontramos también lo real, lo exacto, en los pasos del dibujante: ese ser que se ha vuelto otro, sin embargo, en realidad es el resumen de una multiplicidad de seres.

Oda a la imaginación
Son los dibujos y también son los “fantasmas”, las “pesadillas estructurales” de quien ha nutrido la imaginación de los lectores desde 1966, cuando trajo a su José Trigo, revelando no solamente a quien firma la historia, sino también a quien a lo largo de más de cuarenta años ha sabido ser una persona de libros, y quien lo mismo ofrece una extensa historia o bien pone un punto, una mancha de tinta china para declarar que la imaginación y el trabajo del artista pueden ser —de hecho lo son— casi infinitos.

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