La experiencia artificial de ser padres

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¿A qué edad te gustaría tener tu primer hijo? Una de cada cuatro jóvenes estudiantes de prepa contesta que entre los 19 y 22 años. Estas son respuestas al cuestionario que forma parte del programa “Todo a su tiempo: más vale prevenir que amamantar”, de la Coordinación de Servicios a Universitarios, el cual arroja que así como el 60 por ciento contestó que desean su primer hijo después de los 23, un cinco por ciento de las estudiantes hubiera querido tenerlo a los 15 años.
Este deseo prematuro de ser madres y el hecho de que el año pasado se hayan registrado 480 embarazos en las prepas de la UdeG, son las justificaciones de este programa, el cual busca informar y sensibilizar a los jóvenes sobre las consecuencias sociales de un embarazo adolescente.

Bebé simulador
Pesa más de tres kilos. Es una niña con el cabello castaño, ojos oscuros y piel blanca. Su piel es de plástico y por dentro tiene sensores que captan si el muñeco es atendido cuando llora, pide de comer o tiene el pañal sucio.
Tania Romero, estudiante de quinto semestre de la prepa número tres, supo lo que es tener un bebé durante dos días. Aunque el muñeco no es real, vivió –y sufrió— la experiencia de cuidarlo en lugar de irse a la fiesta del fin de semana.
“Estar al cuidado, cambiarlo, darle de comer, que no se caiga la cabecita, que repita después de comer, todo es importante para un bebé. Aunque sea un muñequito que no es real, es muy difícil, pero fue una bonita experiencia que sí te da a entender que es mucha responsabilidad un bebé”.
Tania ya no quiere tener hijos hasta que sea madura y tenga estabilidad en su vida. “Me gustaría tener bebé a una edad en que tengamos una buena economía y buena pareja y eso será entre los 25 a 30 años”.
“Responsabilidad” y “falta de dinero” son las palabras que más repite Tania al recordar su experiencia. “Casi no dormí. Le cambiaba el pañal y a los 15 minutos quería comer y a la media hora empezaba a llorar porque quería repetir. Se me dificultaba irme en el camión. Las personas no me querían dar el asiento amarillo y eso que cargaba el bebé, la mochila, pañalera y la carriola, aunque mis papás jugaban y presumían que era su nueva nieta”.
A sus 17 años, el proyecto de vida de la joven considera hijos, pero no en esta etapa. “Yo digo que las chavas se cuiden. Abstinencia está difícil por la edad, pero puedes cuidarte con preservativos. Que no les gane la calentura y se les olvide ponerse el globito en la prueba de amor, que es la primera cosa que te hace tener relaciones con tu pareja. Muchas se dejan manipular por el novio”.
En opinión de la orientadora educativa de la Preparatoria 3, Julia Zapata, el deseo de ser madres a temprana edad se debe “al instinto maternal que empieza a surgir en la adolescencia, como parte de ese cambio de identidad y fortaleza que buscan de su personalidad. Es como una manera de dar al otro ese amor que buscan también recibir”.
Añade que después de que las jovencitas se encargan de cuidar al muñeco durante dos noches, “ninguno de los alumnos sigue con un proyecto de vida que involucre hijos a temprana edad. Todos los que han pasado por el programa hasta el momento no han vivido un embarazo no planeado”, indicó.
El 25 por ciento de las jovencitas que deseaban un hijo a los 19 años se redujo a cero después de vivir la experiencia con el muñeco que simula ser un bebé real.

Prevención del embarazo adolescente
Un estudio que dio a conocer la Coordinación de Servicios a Universitarios detectó que los estudiantes de cuarto semestre y grados posteriores son los que más registran embarazos no planeados.
“Las estudiantes jóvenes salen embarazadas principalmente en tiempo de vacaciones. Por eso les ofrecemos el programa en que les damos a conocer las consecuencias físicas, emocionales y sociales que queremos evitar”, señaló Gerardo Flores Ortega, coordinador de la dependencia universitaria.
El estudio arrojó que en el calendario 2010-A en todas las prepas de la UdeGse registraron 228 embarazos, de las cuales 16 ya tenían un hijo.
El programa ha impactado a nueve mil 100 jóvenes. Incluye sesiones psicológicas para entender las consecuencias de la maternidad en la adolescencia.

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