La economía del miedo

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La vorágine que vivieron los mercados financieros a nivel internacional durante las últimas semanas, se debe principalmente al nerviosismo que predomina en los inversionistas de todo el mundo, quienes temen por la disminución del crecimiento económico de China para este año.

Se estima que de tener un crecimiento aproximado del diez por ciento anual durante los últimos 30 años, China —la segunda economía más grande del mundo—, ha presentado una reducción al siete por ciento y algunos especialistas  prevén que pueda incluso ser menor en el cierre del año.

“La cuestión financiera tiene su propia dinámica, la economía real incide pero la dinámica de las finanzas se maneja no sólo por la realidad sino por la percepción de quienes participan en la economía, tiene mucho que ver con expectativas, miedos, especulación”, refirió el académico del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Roberto Hernández Hernández.

Informó que las pérdidas que han tenido las bolsas de valores más importantes de China (Shanghai y Shenzhen), han llevado a millones de inversionistas a retirar su dinero, agravando la situación financiera.
“Como son bolsas relativamente nuevas tienen una mayor volatilidad, y ahora con la crisis se han retirado hasta 24 millones de inversionistas, que no tienen la experiencia y que el nerviosismo hace que retiren sus inversiones”.

El académico y jefe del Departamento de Estudios Internacionales del CUCSH, informó que las bolsas en China habían venido presentando niveles de crecimiento estratosféricos en el 2014, cuando alcanzaron hasta un 150 por ciento, a diferencia de este periodo, donde con todo y recesión, han estado creciendo un 30 por ciento.

En cuanto a la posible crisis que enfrenta el país asiático, dijo que es una situación que había sido vaticinada por economistas a nivel internacional, quienes dudaban de la capacidad de China de mantener ese ritmo de crecimiento económico.

“Tenía que llegar a un límite, porque históricamente es lo que se ha visto, está por ejemplo el caso de Japón que llegó a ser la segunda economía después de Estados Unidos”.

Roberto Hernández detalló que la desaceleración de la economía china ha repercutido en la economía mundial, entre otros motivos por la reducción de la demanda de productos de importación, sobre todo en varios países latinoamericanos que le estaban exportando a China una gran cantidad de materia prima.

Por otra parte, el investigador refirió que China, a su vez, tuvo una reducción de demanda de productos de exportación, y que para hacer frente a la situación el gobierno desde hace dos o tres años diseñó una política de reforzar el mercado interno para que las plantas industriales que ha desarrollado no  quedaran paradas.

En cuanto a la devaluación de su moneda, el especialista aseguró que China tiene la capacidad de devaluar o revaluar su moneda de acuerdo a sus necesidades, pero que en los últimos años la venía revaluando por presión de Estados Unidos.

“Estados Unidos presionaba a China para que sus productos se volvieran más caros y no vendieran tanto, pero recientemente el gobierno chino consideró que debía emparejarse un poco frente a las devaluaciones de todas las monedas, claro, teniendo como referencia al dólar”.

Repercusiones en México
En el caso mexicano, cuya bolsa de valores arrastrada por la dinámica internacional registró grandes pérdidas a principio de la semana pasada, el investigador del CUCSH señaló que ésta se encuentra en una situación multifactorial, que no sólo depende de lo que suceda en el país asiático sino de Estados Unidos.

“Esto es muy momentáneo, hay una gran volatilidad, es una montaña rusa y la bolsa mexicana de valores está incluida, pues hemos visto que en el último mes ha disminuido aproximadamente un 10 por ciento”.

De acuerdo con el investigador, en términos económicos reales  México se ve afectado por la situación de China debido a que es el segundo país —después de Estados Unidos— con el que comercializa.

Se estima que el valor de las importaciones que México recibe de China asciende a los 68 mil millones de dólares, mientras que exporta menos del diez por ciento de dicha cantidad.

El académico afirmó que no nos afecta tanto la disminución de la demanda de China como nos afectaría la disminución por parte de Estados Unidos.

“Nos incide más —la desaceleración de China— por las decisiones de carácter financiero que están en manos de los inversionistas, ya que se encuentran nerviosos; es decir, si la incidencia en términos reales fuera de un 5 por ciento, con el nerviosismo puede llegar a ser del 10 por ciento”.

En cuanto al precio del dólar, el investigador dijo que no es posible predecir una recuperación, ya que dependemos de la decisión que tome la Reserva Federal de Estados Unidos.

“Estamos en manos de miles de decisiones y de percepciones, eso hace difícil predecir lo que pueda ocurrir con nuestra economía”.

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