La cultura sin ojos para los discapacitados

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Imagínese que no puede ver esta página… que perdió la vista de un día para otro y que debe acostumbrarse a andar por las calles, donde no hay cultura vial, los semáforos con sonido pocos, donde las personas a veces no están dispuestas a ayudar a cruzar una avenida porque tienen prisa y los conductores se muestran indiferentes.
Si usted ve, recuerde si ha visto a un invidente en los camiones, museos, restaurantes, teatros o bares.
Mario es invidente y tiene 50 años. Llegó al Instituto Cultural Cabañas para enterarse de las pinturas, murales y todo lo ahí expuesto. Ni siquiera lo recibieron, porque no hubo quien pudiera comunicarse correctamente con él. No sabían lo que es el sistema Braille. Fueron medio amables, pero incompetentes.
La travesía de Mario, desde que salió de su casa hasta llegar al Instituto Cultural Cabañas, quedó plasmada en el trabajo radiofónico “Ver no es mirar, dentro de la miopía institucional”, el cual fue reconocido con el premio Fundación Nuevo Periodismo, que preside ni más ni menos que Gabriel García Márquez. Este trabajo fue elaborado por Gloria Pérez, coordinadora de difusión del Centro de Estudios Filológicos y por Jade Ramírez, productora de Radio Universidad.
La idea –explicó Gloria Pérez– surgió al observar a una niña invidente, ansiosa de jugar, leer. De ahí partió una investigación de tres años, con conclusiones aterradoras: falta oferta cultural para los invidentes, carencia de espacios adecuados para ellos y para otras personas con discapacidad.
“Son un público latente, que crece, que necesita divertirse, conocer, pero por desgracia está en el olvido total. No tiene la posibilidad de transitar por la ciudad ni lugares para divertirse”.
Esa realidad será mostrada próximamente en un libro, el que sugiere la implementación del sistema Braille en los museos y otros lugares artísticos y de esparcimiento, “lo cual no sería muy caro y sí es viable”. Además, propone la presentación de obras de teatro en espacios públicos, para sensibilizar a la sociedad.
Consideran que este trabajo refleja la indiferencia y el rezago que existe en la entidad al respecto, lo que limita la calidad de vida de este sector y lo orilla “al encierro y el aislamiento”.
Esperan con esta publicación abrir las puertas, no para ellas, sino para los invidentes. Ambas seguirán trabajando proyectos enfocados a las personas discapacitadas.

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