La cultura prescindible para el gobierno

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En 1948 el poeta Jaime Torres Bodet, después de ser secretario de Educación con Manuel ívila Camacho, fue nombrado segundo director de la Unesco. Esta acción confirmaba la relevancia que México tenía ante la organización, luego de ser uno de los veinte países que fundaron la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Tecnología, en noviembre de 1945.
Desde entonces, la relación ha sido estrecha, constante y benéfica tanto para la organización mundial, como para nuestro país. Sin embargo, ante el anuncio del Ejecutivo Federal en días pasados de cerrar la oficina externa de la misión permanente de México en la Unesco, cuya sede está en París, como parte del plan de austeridad que enfrenta la actual administración, consultamos a diversos personajes involucrados en el devenir de las políticas culturales, para que opinaran sobre el retroceso que esto podría significar en el ámbito de la cultura, la educación y la ciencia para México.
El antropólogo José Antonio Mac Gregor, como asesor externo de la Unesco, sabe que el contar con la oficina en París sobre todo beneficia a las declaraciones patrimoniales. “Somos uno de los países con mayor número de declaratorias: cinco sitios son Patrimonio de la Humanidad, cuatro sitios son Patrimonio Natural y treinta sitios declarados Reserva de la Biósfera; tanto México ha aportado al diseño y elaboración de documentos fundamentales para la institución, como Unesco ha beneficiado a nuestro país en la orientación de políticas multiculturales”.
De las 182 delegaciones permanentes establecidas por los Estados miembros de la Unesco, la que encabezaba el poeta y también ambientalista mexicano Homero Aridjis en calidad de embajador de la cultura, era una de las más activas. Él ocupaba la oficina en París, hoy en proceso de cierre, con lo que el gobierno mexicano espera ahorrar aproximadamente 206 mil dólares de renta mensual. En cultura los recursos no sobran, por ello es importante su uso y aplicación eficiente.
Un experto en la administración pública de la cultura es Carlos Villaseñor, el redactor de la ley de cultura de Coahuila, una de las más adecuadas del país. Él mismo dirigió el Instituto de Cultura de Tlaxcala y fue asesor de asuntos jurídicos del INAH. Villaseñor dice: “Una de las líneas de acción del programa de Cultura de Calderón es el turismo cultural, esto convierte en vital el mantener una relación diaria con la Unesco, pero en materia de educación, sobre todo, presta asesorías técnicas a las universidades públicas. otra participación destacada ha sido la de Rodolfo Stavenhagen en derechos humanos. En cuanto a los derechos de autor: México es miembro del Comité Intergubernamental de la Convención de Roma a la protección de fonogramas productores y ejecutantes”.
De lo más preocupante ante el anuncio del cierre de la oficina para el trabajo permanente de México en la Unesco, es que no se da la garantía del seguimiento puntual a cada proyecto, sobre todo porque la encomienda se le reasignó al embajador de México en Francia, Carlos de Icaza González. “Si estás metido en el centro de las decisiones pues te enteras de cosas, puedes hacer negociaciones con la gente que está en la oficina Unesco, esta medida no nos asegura que vaya a contar con el mismo nivel de atención, sobre todo porque lo tiene que hacer un especialista en cultura”, señala Carlos Villaseñor.
Intelectuales, académicos y gestores culturales califican de poco positiva la decisión del Ejecutivo Federal, ya que México, siendo un país tan diverso y multicultural, requiere de una gestión especializada. La doctora Ana Cristina Ramírez Barreto, académica de la Universidad de Michoacán, y quien pese a su estancia sabática en la Universidad de California, envió desde Estados Unidos a la presidencia de la república la primera carta de extrañamiento.
Mientras tanto, José Trinidad Padilla López, presidente de la comisión de educación en la Cámara de Diputados señaló: “Debería de preocuparnos esta medida de austeridad del gobierno federal que pudiera afectar programas sustantivos importantes para el país, sobre todo en el ámbito educativo; la propia Universidad de Guadalajara ha participado mucho en las Cátedras Unesco, de afectarse estas actividades sería una mala medida. Mi exhortación al gobierno federal sería esa: que no cancele ni la relación multilateral con los países que nos vinculamos a través de la Unesco en estos programas que significan una relación positiva para nuestro país”.
Ante las vicisitudes económicas que un país como México debe enfrentar, sin duda los ejes cultura, educación y ciencia son los más susceptibles de sufrir recortes presupuestales. La comisión de cultura de la Cámara de Diputados logró que sólo fuese del uno por ciento para 2010, sin embargo, a estos ámbitos no se les reconoce el potencial real que tienen para enfrentar escenarios adversos donde se pone en riesgo el desarrollo local, en un marco global.

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