Los caricaturistas que manejamos el género político, tenemos la obligación de sentir vergí¼enza de la iniquidad que hay en este país, donde coexisten las mayorías en condiciones apenas de sobrevivencia, con los que amasaron sus fortunas a costa de ellos”.
Es el sentir de Helio Flores, quien por más de 40 años se ha dedicado a la caricatura y fue homenajeado con el premio La catrina, entregado en el VI Encuentro internacional de caricatura e historieta, efectuado en el marco de la Feria Internacional del Libro.
“No podríamos tener en México al hombre más rico del mundo, si no existieran 60 millones de pobres. Los moneros tenemos la obligación de denunciar, de reflejar la opinión de muchos inconformes con esta situación, como una pequeña contribución para ayudar a crear conciencia entre la gente y cambiar esta realidad”.
Explica que la caricatura tiene que ser crítica, y el hecho de que se esté considerando a los caricaturistas críticos, le parece simplemente natural. “Sabemos que México padece, de manera creciente, el deterioro de su economía, la falta de oportunidades, trabajo, alimentación, buena educación, de acceso a servicios de salud y de seguridad social, y por supuesto, el aumento de la delincuencia. Es decir, tenemos un país enfermo, que necesita que los que podemos comunicar algo a través de los medios, como los moneros, denunciemos el despojo de los recursos que nos pertenecen a todos, que sigamos comprometidos en el trabajo para hacer participar a esas mayorías en el mejoramiento de su situación”.
En relación con el momento histórico que vive la caricatura política, precisó que México está a la altura de muchas naciones, a consecuencia de la situación política del país, que no es como todos quisieran. “Eso propicia que haya crítica, y los caricaturistas críticos simplemente como que nos desarrollamos en un medio que es propicio para nuestro trabajo. Pero desafortunadamente, como mexicanos, los caricaturistas quisiéramos no tener tantos temas para criticar. Que hubiera menos estaría mejor, no importa que nos quedemos sin chamba, pues ya encontraremos la manera de sobrevivir y criticar otras cosas”.
Acerca del encuentro organizado por el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), que cada año reúne a los mejores exponentes de este género, manifestó que es muy importante que una institución como la Universidad de Guadalajara tenga un espacio para encuentros de este tipo, ya que existen otros países donde también han creado estos foros. “Me da gusto tener un encuentro con colegas de Colombia, Cuba, México, y que se le esté dando una importancia que antes no se le daba a la caricatura. Este tipo de encuentros son muy dignos e interesantes en cuanto a que se intercambian opiniones y se conocen caricaturistas. El premio se me hace lo máximo, tomando en cuenta a los otros caricaturistas a quienes se les ha otorgado, que, para mi gusto, son de primera línea. El hecho de que me incluyan en ese grupo de grandes caricaturistas para mí es un honor”.
Helio Flores puntualizó que ese reconocimiento representa un reto para mejorar el trabajo que realiza desde hace más de 40 años. Lo que sí tiene muy claro es el objetivo que lo ha movido en el desempeño de su oficio durante todo este tiempo, que es hacer crítica del poder cuando éste nos muestra su cara de corrupción e impunidad, y no ser cómplice con el silencio.
“Me ha tocado, como a muchos de ustedes, saber de asesinatos, del saqueo del erario y la degradación de nuestros recursos naturales en beneficio de los dueños del dinero, así como de la migración, huída diría yo, hacia el país vecino, de nuestra gente, que se va a buscar el sustento que aquí se le niega, mientras los gobiernos neoliberales de los últimos 25 años no muestran capacidad ni compromiso para defender su dignidad ni su vida”.
A lo largo de su trayectoria, la temática a la que más ha dedicado espacios es la política, pero, sobre todo, haciendo hincapié en los detalles en que el caricaturista nota un desequilibrio, una contradicción o un decir una cosa y hacer otra. “Ha sido mi propósito durante muchos años hacer crítica mediante retratos grotescos de los personajes del poder, y he tenido muchas veces que echar mano de ideas que no por simpáticas, dejan de ser dramáticas, como esa de que la situación en nuestro país no está suficientemente mal, como para no ponerse peor, que lamentablemente ha sido la constante por un largo tiempo”.
