La academia se sube al e-book

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Según el informe de la Asociación Americana de Editores, publicado en mayo de este año, el total de ingresos obtenidos por la venta de libros electrónicos en 2011, fue superior a los 20 millones de dólares. Esto representó 330 por ciento más respecto a 2010. Tan sólo en América Latina el incremento fue de más de 200 por ciento. El auge de los libros electrónicos se ha acompañado de la tecnología, gracias a la aparición de las tabletas y lectores de estos formatos.
“Creo que el futuro del e-book pasará por un mundo académico”, expresó Jaume Mor, director de tres editoriales. Una de éstas ya le apuesta a este tipo de formato: The Libro. Para este editor, el crecimiento de internet puede favorecer el intercambio de información, lo que permitiría mayor visibilidad de este tipo de libros a escala global.

Libros electrónicos de la UNAM y la UdeG
La situación de libros académicos en México aún es incipiente. La Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial (DGPFE), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha trabajado con formatos digitales desde los 90, pero “hasta el momento no se han comercializado propiamente libros electrónicos”, señaló Javier Martínez Ramírez, quien dirige la DGPFE.
Actualmente la UNAM cuenta con tiendas virtuales, como la del Instituto de Investigaciones Jurídicas, pero ésta comercializa libros en papel. No obstante, dicha universidad edita un promedio de 350 libros electrónicos en diferentes formatos. Será hasta finales de 2012 cuando establezca una librería virtual, dijo Martínez Ramírez.
Para Edgardo Flavio López Martínez, subdirector de Editorial Universitaria de la Universidad de Guadalajara (UdeG), decir que sólo hay formatos impreso y digital sería limitado, ya que existen al menos 15 variantes. En esta editorial, desde hace cuatro años, todos los libros impresos se acompañan de publicaciones digitales, las cuales son réplicas en formato electrónico, pero con elementos interactivos. En promedio publican más de 50 libros cada año en este formato.
Actualmente Editorial Universitaria tiene un prototipo de libro electrónico compuesto por elementos multimedia, el cual se venderá virtualmente en próximas fechas. “No vemos a los libros electrónicos como sustitutos de los impresos. Son una oportunidad comercial, pero también reforzarán lo que se hace en el aula”, expresó López Martínez.

Beneficios para la academia y la educación
Para Martínez Ramírez, los libros universitarios, las publicaciones médicas, científicas y técnicas tienen en el medio electrónico un campo para su difusión. De esta manera pueden hacer actualizaciones casi inmediatas y tener más retroalimentación de sus trabajos.
También las publicaciones electrónicas facilitarían el aprendizaje de los estudiantes, porque habría publicaciones más entendibles y didácticas. En este punto coincidieron tanto Martínez Ramírez como López Martínez.
El subdirector de Editorial Universitaria opinó que hay un beneficio que impacta en la reducción de costos, pues los libros electrónicos pueden hallarse gratuitamente en línea, o bien, ser comprados por capítulos.

El libro impreso continuará
El lector de 2015 va a cambiar, sostuvo Jaume Mor. Para este editor los impresos no desaparecerán, pues aún hay generaciones que prefieren el papel. Sin embargo, consideró que deberán tener un valor agregado. En referencia a lo anterior, López Martínez expresó que “el e-book no es un reemplazo de lo que ya existe. Seguimos creyendo en una buena edición del libro, no importa si es impreso o electrónico”, que ambos formatos pueden complementarse.
Martínez Ramírez indicó que el libro electrónico tiene que ser visto como un reto, lo que no significa que el libro impreso haya perdido vigencia.
De acuerdo con el informe de la Asociación Americana de Editores, las ventas de libros electrónicos aún son menores que las de los impresos. En 2011 las ganancias por la venta de los libros impresos fueron 15 veces más grandes que las de los impresos: 335.9 millones de dólares. Sin embargo, el incremento de ventas en libros impresos sólo fue de 2 por ciento de 2010 a 2011.

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