Juan Luis Cifuentes Lemus

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Con 62 años como docente, el doctor Juan Luis Cifuentes Lemus, académico de la Universidad de Guadalajara, recibirá su décimo doctorado Honoris causa, en esta ocasión por la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach).

Este 1º de septiembre, en el marco de la XXXIII Semana de la biología de dicha institución sureña, será reconocido quien nació en la Ciudad de México, en 1929, por su “destacada trayectoria” como profesor e investigador de la biología en México, y por sus contribuciones a la creación e implementación de programas en esta ciencia en el país, que en la actualidad son 66.

Cifuentes Lemus tuvo una primera aproximación con la biología a través de su padre, que era médico. En sus inicios como profesor ganaba cinco pesos por clase. Fue académico de la Universidad Nacional Autónoma de México y actualmente imparte cátedras en la Universidad de Guadalajara, a la que ingresó en 1992 y de la cual es maestro emérito y Doctor honoris causa.

De su larga trayectoria, entre otras actividades, ha participado en programas de conservación de tortuga marina; además es socio honorario y fundador de varias sociedades científicas y divulgador de la ciencia.

En junio de 2015, el Centro Universitario de la Costa y la Academia Mexicana de Ciencias le entregaron un reconocimiento por estas labores.

¿Cuál es el vínculo entre la docencia y la investigación?
En la biología no se puede separar la investigación de la docencia. Por eso es de los objetivos fundamentales de las universidades públicas, que, hay que subrayarlo, es lo que salva al país. Imagínese si privatizan la educación: este país se hundiría más rápido. Entonces, las universidades públicas tienen que hacer investigación para crear conocimiento, transmitirlo a través de la docencia y, ojo, difundirlo, para regresarle un beneficio a aquellos que con sus impuestos nos tienen aquí.

¿Qué falta en la enseñanza-aprendizaje de la biología en México?
Primero que nada, la biología en este momento está de moda. Todo mundo está preocupado por el cambio climático, porque las especies están desapareciendo. No creo que la especie humana va acabar con la vida, va a acabar con la especie humana. Los ostiones estarán tirados de la risa, porque la hembra del ostión pone 10 millones de huevecillos, contra 420 de la especie humana en 35 años reproductivos.

Si el gobierno gastara dinero en cosas más útiles, si lo hubiéramos gastado en estudiar la biodiversidad de México, seríamos el segundo país megadiverso en el mundo. Una recomendación que hago siempre es ligar al biólogo al sector productivo, y casi a todas las carreras, porque ya no hay nóminas para biólogos. Entonces, qué tenemos que hacer: un biólogo no empleado, sino empleador.

¿Qué tan difícil es divulgar ciencia o aplicarla cuando hay tanta tecnología y poco interés sobre el ambiente?
Si usted no resuelve el problema socioeconómico, no va a lograr proteger un recurso. Claro, cuando pusieron la veda de las tortugas en los noventa, a la entonces secretaria de Pesca, María de los Ángeles Moreno, le tuve que decir lo que pensaba: ahora si le dieron en la torre a la tortuga. El problema es que un pescador que comía una tortuga, ahora tiene que atrapar tres: una para la mordida a la armada, otra para la mordida a pesca y otra para comer.

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