José Antonio Olivo Valencia

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Es un joven de 22 años, estudiante de economía en el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), y ganador de la beca Delfín, experiencia que le dio la oportunidad de relacionarse con organizaciones pro derechos humanos y convertirse también en su colaborador. Es José Antonio Olivo Valencia.

¿Cómo comenzó su experiencia en la investigación?
La primera oportunidad para desarrollarme en la investigación fue por medio del XIII programa de investigación del programa Delfín, que lo organiza la Asociación Mexicana de Ciencias como estímulo a la investigación. Entregué mis documentos y fuimos seleccionados 100 de 500 solicitantes. La beca constaba de 14 mil pesos y te elegían en alguna escuela y el maestro decidía si te aceptaban o no. Ya que me aceptaron, antes de irme, en el CUCEA nos dieron un curso de capacitación, de redacción y metodología de la investigaciónÂ

¿A dónde se fue?
Yo me fui al Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Ahí lo que hice fue tareas muy concretas, estuve trabajando con investigadores de la Secretaría de economía, porque el ITAM apoya a la secretaría en el área de investigación. Â

¿Cuál fue su línea de investigación?
Empecé a trabajar con la investigadora Elizabeth Zedillo en COFEMER, la Comisión de Mejora Regulatoria, un órgano desconcentrado de la Secretaría de Economía, cuyo propósito es garantizar la transparencia de la elaboración y aplicación de las regulaciones para que generen mayores beneficios a los costos para la sociedad. Lo que yo investigué fue acerca de la inversión extranjera directa. ¿Por qué necesitaban ayuda por parte del ITAM en el área de derecho? Porque se estaba investigando concretamente los  artículos 6, 7 y 8 que hablan sobre inversión extranjera. Básicamente lo que se investigaba era cómo esas leyes limitaban a los inversionistas extranjeros aquí en México.

¿Y qué fue lo que concluyó?
Cuando entra alguna empresa  extranjera aquí a México y quiere asociarse con una empresa mexicana, al mexicano le cuesta mucho trabajar en equipo, le pone muchas restricciones a la empresa extranjera, en los porcentajes les dice: “El 70 por ciento de las acciones van a ser para mí y el 30 para ti”. De acuerdo a la teoría de finanzas, todavía no desarrollamos la cultura de ganar-ganar. Las empresas mexicanas tienen la mentalidad de que “no quiero que me quiten mi empresa”. El miedo a trabajar en equipo o a perder, es lo que se necesita regular.

¿Cuál fue la propuesta?
En el periodo en el que yo estuve apenas se abría la investigación, pero pienso que se necesita un cambio de cultura, porque comparando a México con otros países del mundo, sí nos hace falta mejor capital humano, mayor capacitación a las personas, un cambio de cultura, porque eso atrae a la inversión extranjera. Un ejemplo es Gran Bretaña (en la investigación hice una comparación entre Gran Bretaña y España), que a pesar de ser más pequeña atrae mayor inversión extranjera directa porque la gente está más preparada, es más competitiva, más productiva, y eso atrae a las empresas para establecerse ahí. La comparación hecha está entre dos países europeos; pero si los comparáramos con México, nuestro país atraería mucha menos inversión.

¿Qué le pareció la experiencia con la beca del programa Delfín?
Si el objetivo era estimular la investigación, al ampliar mi perspectiva en ese aspecto, creo que sí es muy bueno el programa. Gracias a la investigación puedo conocer más cosas que me pueden ayudar a mejorar como persona y al mismo tiempo ayudar a mi país. Yo creo que hubo un incremento en mi cultura al participar en esa investigación.

¿Cómo empezó a colaborar en la asociación pro derechos humanos?
Parte de la experiencia con la que yo me encontré, fue conocer a una asociación que se llama “Por los Derechos” y estaban haciendo un proyecto a favor de las personas con discapacidad. Dentro de mi área de trabajo, estaban otros dos investigadores del ITAM y por razones obvias, ellos se dieron cuenta de mi discapacidad, yo sufro de parálisis cerebral… les di una visión más amplia, porque en su grupo no había ningún discapacitado y estaban haciendo un manual de lo que necesita un discapacitado.

Primera persona

José Antonio Olivo Valencia ganó la beca Delfín de investigación, pero ya antes había experimentado en este campo, en el área de inversión internacional para el ITAM. A pesar de las dificultades producidas por la parálisis cerebral que sufre, estudia economía y trabaja desde su trinchera para mejorar la cultura de los mexicanos y su capital humano.

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