Jorge Emilio Puig Arévalo

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Científicos de la Universidad de Guadalajara están involucrados en el desarrollo de nanopartículas de material polímero compatibles al cuerpo humano. Estas podrían inyectarse, y ya dentro del organismo, arrojar medicamentos que ataquen enfermedades o zonas infectadas. El objetivo es que estas nanopartículas puedan expulsar el fármaco cuando cambian las condiciones del medio ambiente a donde fueron introducidas, tales como temperatura o pH, informó Jorge Emilio Puig Arévalo, profesor investigador del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), una de los cabezas de la investigación, quien fue acreedor al premio Luis Elizondo 2008, del Instituto Tecnológico de Monterrey por su trayectoria destacada en el campo de la ciencia y la tecnología. El reconocimiento le será entregado 28 de octubre.

El doctor Puig Arévalo ha publicado 115 artículos científicos, un libro, 18 capítulos en libros científicos y tiene tres patentes. Hasta la fecha ha dirigido 58 tesis de licenciatura, 31 de maestría en ciencias y 16 de doctorado en ciencias en varias universidades nacionales y extranjeras. La mayoría de sus estudiantes que obtuvieron el grado de doctor son miembros del Sistema Nacional de Investigadores.

¿Cómo fue que entró a trabajar en la Universidad de Guadalajara?
Yo estudié el doctorado en ingeniería química en la Universidad de Minnesota. Me especialicé en el empleo de tensoactivos o detergentes para incrementar la recuperación del petróleo del subsuelo. Tuve como asesores a los profesores L. E. Scriven y H. T. Davis. Mi tesis doctoral trataba acerca de los orígenes de las tensiones interfaciales ultrabajas y del comportamiento de fases en sistemas tensioactivo/aceite y agua con énfasis la recuperación mejorada del petróleo.
Al regresar a México trabajé en el Instituto Mexicano del Petróleo, el lugar natural para desarrollar mi investigación. Entré en 1982 y me salí en 1983 porque no había interés ni de parte de Pemex ni del Instituto en ese tipo de investigaciones. Entonces me acogieron en la entonces Facultad de Ciencias Químicas, gracias a que me contactó el ingeniero Antonio Oropeza para impulsar la investigación en el área de polímeros en la Universidad. Ese mismo año se incorporó Víctor González Romero. En aquel entonces sólo había dos investigadores: Eduardo Mendizábal Mijares y Carlos Jasso Castellón y con nosotros se hizo un buen equipo que poco a poco empezó a crecer.

¿Por qué no interesó su proyecto de investigación en el Instituto Mexicano del Petróleo?
En aquellos tiempos el precio del crudo era bajo y hacer el tipo de recuperaciones que yo proponía salía sumamente caro.

¿Cuál era su propuesta?
Cuando se abre un pozo nuevo la presión natural del gas arroja el petróleo hacia afuera, pero es obvio que disminuya hasta que es insuficiente para expulsar el petróleo. El siguiente paso es inyectar agua para que lo empuje. Sin embargo, mediante estos dos procesos se recupera máximo un cuarenta por ciento. Yo lo que quería era utilizar tensoactivos (un detergente) para la recuperación del petróleo.

Primera persona

Jorge Emilio Puig Arévalo nació en Mexicali, Baja California Norte. Obtuvo el grado de ingeniero químico en la Universidad de Guadalajara en 1973, y el doctorado de ingeniería química en la Universidad de Minnesota, en 1982. Actualmente es profesor investigador del CUCEI y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

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