Su opinión es precisa, y siempre bien argumentada, es el producto de sus conocimientos en filosofía y periodismo. Javier Darío Restrepo tiene una trayectoria de más de 50 años en prensa escrita, y poco más de 20 años realizando periodismo televisivo. Es lo que lo ha vuelto acreedor a diversos premios.
Sus conocimientos y su experiencia como defensor del lector en los periódicos El colombiano de Medellín y El tiempo de Colombia, lo han vuelto un experto en ética periodística, por lo que entiende perfectamente cuál es el papel de un Ombudsman en los medios de comunicación. “Él tiene que revisar todo lo que se publica… no manda ni lo mandan, está suspendido entre esos dos extremos, es como la conciencia: no impone nada, simplemente habla, por eso debe tener un espacio para exponer su pensamiento y dar respuestas a los oyentes”.
Pero ese papel es mucho más amplio. A pesar de que el Ombudsman es también llamado defensor del lector, Restrepo comentó en entrevista con Leonardo Schwebel, durante el programa Desde el Epicentro de la Información de Medios UdeG-Noticias, que no sólo tiene que responder las quejas de los lectores y dar soluciones, sino que garantizar los derechos de los receptores a recibir un producto de calidad, “en cualquier fábrica o industria siempre debe de existir un departamento de calidad, y el Ombudsman es alguien que está en permanente actitud crítica frente a lo que se produce en el medio de comunicación para mejorar la información; además, el Ombudsman a quien defiende es a la credibilidad del medio”.
Comenta sobre la importancia de esos estímulos, para tener personas preparadas en los medios de comunicación: “Era una forma o metodología para provocar en los periodistas, la búsqueda de soluciones a problemas que se planteaban en el aspecto periodístico. Es casi la vocación propia del Ombudsman, estar estimulando un mejor periodismo cada vez”.
Restrepo justificó que el Ombudsman de los Medios de la Universidad de Guadalajara cobre por hacer su trabajo. “Considero completamente normal que si a alguien le pagan un sueldo, eso no significa que la persona pierde su conciencia. Por su parte los medios consideran que si les pagan a sus reporteros un sueldo, eso no significa que ellos perderán su independencia”, señaló el periodista en la rueda de prensa que presentaba al Consejo Consultivo Defensor de Audiencias.
Darío Restrepo es un periodista preocupado por la preparación de los periodistas, pues son responsables de la calidad de la información. Es por eso que por medio de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, coordinó un taller en casi todos los países de América.
El autor de libros como Ética para periodistas señaló que es precisamente la ética la que juega el papel más importante para que los receptores obtengan información de calidad; el Ombudsman del medio debe ser una persona de reputación intachable. “La responsabilidad de un medio la define el publico al que se dirige… la principal herramienta de trabajo de todo defensor del lector tiene que ser el código ético”.
Es el receptor, y su responsabilidad con él, un elemento que todo periodista debe de tener presente para realizar su trabajo con calidad. Restrepo llama a “amos” a dichos receptores, pues para ellos se trabaja en un medio. “Esos receptores son los verdaderos amos del medio de comunicación, a quienes uno como periodista sirve”.
En cuanto a la Universidad de Guadalajara, comenta el periodista que se encuentra ante un panorama “complicado”, pues la Dirección General de Medios coordina radio, televisión, prensa escrita e información en internet. Al respecto, Restrepo mencionó que en este caso es necesario que el ombudsman cuente con un equipo que lo auxilie a monitorear dichos medios. Es por eso que además del defensor de las audiencias, la universidad cuenta con un consejo consultivo, integrado por dos periodistas, dos expertos en comunicación y dos ciudadanos.
Pero aún así, es sólo el ombudsman quien emite los juicios, por lo que Restrepo comenta, haciendo alusión a una frase de Hugo Aznar en uno de sus libros, que el Ombudsman tiene “el cargo más solitario de la redacción” y el menos apegado a la dirección, pues el Ombudsman no tiene que relacionarse con la línea editorial del medio, pero sí con las necesidades de sus lectores.
