La metáfora de la belleza del desconocimiento define a la princesa Iolanta. Resguardada por las murallas del castillo de su padre Renato, la tierna joven encarna la ignorancia, desconociendo su propia ceguera, pues nunca ha visto la luz del día y a nadie se le ha permitido confesárselo. Con la mezcla de magia y crueldad propia de los cuentos medievales, esta historia popular de transmisión oral fue llevada al teatro por el dramaturgo danés Henrik Hertz. De ella, Piotr Tchaikovsky recuperó la anécdota para construir los personajes sensibles de una ópera romántica en un solo acto que ahora, a través de las proyecciones en directo del Teatro Diana, presenta el MET de Nueva York con la dirección escénica del polaco Mariusz Trelinski.
El programa del 14 de febrero que dará inicio a las 11:30 horas, incluirá además el montaje de la única obra de un acto del compositor húngaro Béla Bartók, El castillo de Barbazul, basado en el cuento homónimo de Charles Perrault, y que con tono oscuro y romántico como el de Tchaikovsky, presenta una parábola sobre las tribulaciones del hombre, una alegoría de la masculinidad frente a la aspiración femenina de redimirla, en la historia de Judith que abrirá una a una las siete puertas que conducen al interior de los letales recuerdos de su amado Barba Azul.
Con las interpretaciones de la soprano rusa Anna Netrebko como Iolanta y de la alemana Nadja Michael como Judith, Trelinski —también director de teatro y cine— actualiza dos de las más emblemáticas óperas breves de fines del siglo XIX e inicios del XX con una influencia del cine negro de los años treinta que les confiere fuerza y vivacidad a “estos cuentos de hadas de distintos niveles de profundidad, con extrañas y sospechosas relaciones de personajes oscuros, que se prestan para un tratamiento cinematográfico”.
PRESENTACIÓN
Iolanta, de Tchaikovsky y El castillo de Barbazul, de Bartók. 14 de febrero, 11:30 horas. Teatro Diana. 30 por ciento de descuento a estudiantes, maestros, personas de la tercera edad y egresados de la UdeG
