Indigentes de cuatro patas

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ZAPOPAN. JALISCO. MEXICO ENERO 4 DEL 2009. PERRERA MUNICIPAL. DEPARTAMENTO DE SANIDA ANIMAL. JOSE MARIA MARTINEZ

La realidad parece contradecir la popular frase de que el perro es el mejor amigo del hombre. Las calles muestran la amarga realidad en la que estos animales viven y, sus cuerpos, las marcas de la crueldad a la que se enfrentan.
La mayoría luce desnutrido, algunos arrastran partes de su cuerpo debido a las lesiones que sufren, otros andan con su pelo enredado y sucio, y algunos tienen quemaduras, yagas o cualquier enfermedad dérmica. La calle no es un lugar saludable. Quienes logran ingresar a una perrera no sufren más, pero solamente porque dejan de vivir.
No existe en Guadalajara conciencia para cuidar a estos animales, comenta Gustavo Corona, investigador del Departamento de Medicina Veterinaria de la Universidad de Guadalajara. Agrega además que no se puede saber con exactitud, pero se calcula que en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) existe un promedio de un perro por cada seis habitantes, los cuales generan un total de cinco toneladas de excremento diario, provocando así enfermedades y riesgos tanto para los ciudadanos, como para los propios animales.
Claudia Llama, coordinadora del Programa de Tenencia Responsable, que promueve la adopción de perros callejeros, comenta sobre el origen de los caninos en la vía pública. “Nuestra relación con los animales comenzó cuando éramos una comunidad agrícola, ellos nos cuidaban”. Con la transformación a las comunidades urbanas, los perros ya no tienen el espacio adecuado para vivir como ellos lo requieren. “Ahora son comercializados, la gente se llena de animales y los están abandonando, y ellos sufren mucho”.
El investigador Gustavo Corona adjudica la mayor parte del problema a la venta irregulada de mascotas. “Las personas se dejan llevar por el perrito que les venden en el baratillo, y dicen: “Ay, qué bonito.” Todos los cachorros son hermosos, pero después crecen y ya no saben quién lo va a limpiar, y ya no lo quieren o no cabe en la casa y lo dejan tirado en la calle, lo bajan del carro y lo sueltan. Esa es una cantidad de perros importante, además de que esos canes se reproducen y generan otra cantidad importante. La gente tiene que entender que no debería de haber perros en la calle”.
Cada perro que se compra genera hasta 28 mil crías durante cinco años de su etapa reproductiva, comentó Claudia Llama. “No comprar mascotas es el primer paso para el cambio… por eso después los municipios matan de ocho a nueve toneladas de perros y gatos cada mes”.
A pesar de que los ayuntamientos de la ZMG implementan campañas de vacunación y esterilización, el problema de la explosión demográfica, comenta la coordinadora, es que la población canina puede traer otras enfermedades como la transmisión de garrapatas y piojos en los seres humanos. “En Guadalajara nos asustamos por el dengue, pero cómo no va a haber, si vivimos entre pura cochinada, al rato van a llegar las garrapatas y los piojos y a ver cómo le hacemos”.
Javier Mora, coordinador de la Unidad de Sanidad Animal de Zapopan, comenta que se reciben entre 25 y 30 reportes diarios de ciudadanos molestos por algún perro callejero. Cuando un perro ingresa a la Perrera Municipal, es como una sentencia de muerte: tienen sólo cinco días para que sus dueños los reclamen o para que alguien quiera llevarlos en adopción, pero eso es muy difícil debido a que la mayoría de ellos ingresa en condiciones deplorables.
Comenta Javier Mora que “la mayoría llegan con sarna, dermatitis, heridas por algunas riñas entre ellos mismos, o porque se atoran en algún alambre, porque los corretearon o los golpean incluso. A veces los mismos ciudadanos los ven ahí en sus domicilios y como les molestan, les avientan agua caliente o los agarran a pedradas. Es algo que hace falta en la cultura del ciudadano: en lugar de hablarnos para llevárnoslos de ahí, los maltratan”.
Es muy difícil que alguien se los quiera llevar, sin embargo ha habido ocasiones que hasta 10 personas en un día han acudido a la Unidad de Sanidad Animal buscando adoptar un perro, pero cuando eso sucede, por lo general el animal vuelve a las calles. No existe la cultura de tener los cuidados necesarios y ninguna de las perreras de la ZMG lleva un seguimiento de los perros que da en adopción.
La adopción, la esterilización, la vacunación y, sobre todo, el control de los animales que se comercian son las principales medidas que pueden ayudar a solucionar el problema, pero para eso se necesita tener conciencia, tal y como concluye Claudia Llama: “Para cuidar y respetar a los perros no se requiere una asociación que los proteja, se necesita una receta de cocina y esa es: cuida, protege y esteriliza”.

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