La relación ser humano-hongos va más allá del consumo de champiñones. Y es que muchos de los productos que usamos en la vida diaria tienen un vínculo con el reino Fungi (hongos tanto microscópicos como macroscópicos).
El jugo que tomamos por la mañana, contiene ácido cítrico obtenido a partir de hongos. El antibiótico para la tos, que tiene penicilina, la cual fue lograda por medio de hongos, o el tepache que tomamos para refrescarnos, fue elaborado por la fermentación con levaduras (hongos microscópicos), explicó la investigadora de la Universidad de Guadalajara, Laura Guzmán Dávalos.
La académica del Departamento de Botánica y Zoología del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), comentó que en la actualidad se estudian más estos organismos y se han encontrado nuevos usos potenciales en el orden terapéutico. Por ejemplo, se desarrollan antibióticos contra las bacterias causantes de la tuberculosis.
“También hay sustancias antivirales. Se han hecho estudios y al parecer funcionan contra el virus del Sida o la gripe aviar y, seguramente, ya se empezaron a hacer estudios contra el virus de la influenza humana”.
Desde hace varios años, son empleados en el campo biotecnológico, por ejemplo, muchos ácidos orgánicos como el cítrico se obtiene a partir de hongos.
Actualmente, se están empleando con fines de biorremediación, para tratar de restaurar el medio ambiente. Hoy se usan en la limpieza de derrames tanto de aceite como petróleo en medios terrestres y acuáticos.
“Los hongos tienen enzimas que son capaces de degradar a la lignina, una molécula presente en la madera, que pueden degradar otras moléculas como las de los hidrocarburos”.
Más datos
Existen cerca de un millón y medio de hongos en el mundo, de los cuales sólo se conoce con detalle el 5 por ciento por lo que existen diversos esfuerzos de científicos por estudiar de mejor manera las especies ligadas a la alimentación y medicina.
En México se estima que hay 200 mil especies, es decir, seis veces más de las especies de plantas identificadas en el país. Su abundancia está relacionada a que se desarrollan en cualquier tipo de clima y desde el nivel del mar y hasta por encima de los 4 mil metros sobre el nivel del mar.
Los hay macroscópicos, cuyos frutos podemos verlos a simple vista, y microscópicos, la mayoría fuera del alcance de nuestros sentidos. (La Gaceta de la UdeG, Edición 451, 11 de Septiembre del 2006).
