A pesar de que durante la fase de inicio la estrategia del gobierno federal para combatir la pobreza extrema, denominada la Cruzada Nacional Sin Hambre, tuvo mucha difusión y hasta un cierto revuelo, en los últimos meses, y a punto de cumplir dos años, el proyecto se ha quedado en el olvido; y mientras según algunos ha resultado un excelente respaldo para quienes necesitan apoyos económicos, para otros es una estrategia que no cuenta con líneas paralelas para fomentar desarrollos entre la población beneficiaria del programa.
Carolina Fuchs Godínez considera que fue un acierto haber inscrito su estancia infantil Nidos en el proyecto de la Cruzada Nacional Sin Hambre, pues dice, le da mayor seguridad al recinto que atiende, es inspeccionado por el DIF y la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), y “esos respaldos nos han hecho más fuertes, nuestro personal está mejor y más capacitado, estamos al día con las normas, medidas de seguridad y yo sí lo veo como un beneficio”.
Las estancias infantiles son uno de los rubros de la Cruzada. En cuanto a la atención alimentaria con comedores comunitarios, Berta Ermila Madrigal Torres, investigadora del Centro Universitario del Sur (CUSur), opina que no es la respuesta para combatir la pobreza, pues “este tipo de proyectos son a largo plazo”.
Entre las acciones directas contempladas por el proyecto se encuentran el establecer comedores y comités comunitarios; el servicio de la tarjeta “Sin hambre”, que en tiendas Diconsa otorga descuentos en alimentos básicos; la atención con leche fortificada y otras más: de acuerdo al catálogo del proyecto son 63 directas. Según el registro nacional del proyecto, en Jalisco se cuenta con 5 mil 319 comités comunitarios.
Para Madrigal Torres, el quitar el hambre no es dar dádivas sin que haya la estructura subsiguiente para que los habitantes y el contexto de estas regiones sigan creciendo.
“Otros programas son más amplios, donde sí el objetivo principal es quitar el hambre, que es un mal que nos aqueja a varios países del mundo; pero también se dan otras condiciones geopolíticas, económicas y sociales que contribuyen a que la población crezca en todos los desarrollos.
“Muchas veces nosotros no identificamos bien la causa, no sabemos cuál es causa y cuál el efecto. Entonces, si nuestros proyectos sociales y políticos dicen que solamente el pueblo tiene hambre y le vas a dar de comer, pero también tienes condiciones de falta de educación, de falta de desarrollo local que no has atendido, estás trabajando en una solución a corto plazo. No hay trabajo a largo plazo y no le estamos alimentando ese espíritu emprendedor en la sociedad”.
Uriel Becerra, jefe de la Unidad de desarrollo social en Jalisco, de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), argumenta que la estrategia sigue caminando y que a pesar de que se dejó de tener espacio en los medios, no se han dejado de tener resultados.
Resalta los logros en el estado de Jalisco: “Por ejemplo, ya contamos con alrededor de 548 estancias infantiles, también en el 2014 se incorporaron más municipios al proyecto, estuvimos en un periodo de trabajo muy intenso en lo que fue el último trimestre del año, quizá ese fue uno de los motivos por los cuales ha bajado la difusión de los logros que hemos estado obteniendo”.
Según agrega, para febrero próximo habrá una fuerte campaña de difusión de lo que se ha logrado con la estrategia, pues dicho mes es considerado por instrucción del propio presidente de la república como “El mes de la Cruzada nacional contra el hambre”: “En este periodo estuvimos realizando diagnósticos de detección de necesidades en los comités e incluso planes de trabajo; en los resultados tendremos todo este trabajo, pues sacaremos nuevas propuestas, por ejemplo qué se requiere en cada comité, ya sean centros de salud u otras cuestiones”.
Berta Madrigal comenta que sigue habiendo errores en la implementación, ya que estos proyectos deben ser integrales y buscar el apoyo de instituciones o universidades: “Tenemos ese problema de que estamos generando codependencias y no estamos preparando a las comunidades y desarrollando sus capacidades y oportunidades. Por ejemplo, el caso de las televisiones: ¿esa era la respuesta al cambio de tecnologías, regalar pantallas?”.
