Fuego bajo control

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El mal manejo que los rancheros dan a sus quemas agrícolas, hace de los Altos de Jalisco una región con alto riesgo de incendios forestales. En 2014 Jalisco fue el quinto estado con mayor afectación por estos eventos.

Según estadísticas del Centro Nacional de Control de Incendios Forestales, hubo 448 siniestros que destruyeron 7 mil 700 hectáreas. La zona de los Altos, por su clima de transición, entre templado y semiárido, no está ajena a tales hechos.

En 2014, en Tepatitlán, 200 hectáreas fueron afectadas por incendios, la mayor parte en el cerro de la Campana, y en el Cerro Gordo hubo 10 conatos, que fueron sofocados a tiempo y no hubo afectación.
El último desastre ecológico ocurrió el 1º de mayo de 2013, cuando se quemaron 300 hectáreas del Cerro Gordo, principal cuerpo montañoso de la región.

Para el académico del Centro Universitario de los Altos (CUAltos), René Ramos Villareal, quien también funge como director de ecología municipal, lo preocupante es que la mayoría de los eventos son provocados.

“Es un asunto cultural en Tepatitlán. Yo trabajé también en Arandas y cuando venía para acá, allá no se veía ninguna quema y pasando a Tepa, ya se contaban hasta seis quemas agrícolas casi simultáneas. Hay varios factores. La mayor parte de las tierras en Tepatitlán son para pastizales. En Arandas son más de agricultura y acá hay más pastos y más agostaderos, y la gente quema más. A esto se suma que las quemas agrícolas no están prohibidas. Se supone que deben avisar, según la Norma 015, pero obviamente ni avisan y queman, sin guardarraya en muchos casos”, relata.

Explica que a quienes acuden a avisar, se les registra para documentar el horario y los días, para programar y orientarlos sobre la forma en que deben hacerlo, para que las quemas no se salgan de control. Quien no procede de esa forma es sancionado, sobre todo si afecta a bienes ambientales. En caso de que la lumbre consuma otros objetos o inmuebles, tendría que ser el Ministerio Público el que intervenga.

“Me tocó estar al frente de una brigada forestal, llevándola a combatir incendios. El problema que teníamos es que todavía no alcanzábamos a combatir un incendio, cuando comenzaba otro en un rincón opuesto en el municipio. Por eso el objetivo ahora es concentrarnos en los forestales, o cuando la brigada esté sin actividad, en alguna quema de pastizales cerca de áreas urbanas o bosques”, indica Ramos Villareal.

Descenso en los siniestros
La secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, Magdalena Ruiz Mejía, explicó durante su comparecencia en el Congreso de Jalisco, como parte de la glosa del informe de gobierno, que en 2014 los incendios se redujeron en 84.19 por ciento en relación a 2013.

La funcionaria lo atribuyó a la “aplicación del Programa Estatal de Protección Contra Incendios Forestales del Gobierno de Jalisco”, y destacó la inversión de 27.5 millones de pesos para mejorar el equipamiento, ampliar las brigadas forestales y contratar un helicóptero.

“El avance logrado del programa de prevención del fuego durante el segundo año de gobierno, equivale a 1.3 veces el bosque La Primavera, ya que los daños pasaron de 48 mil 331 hectáreas en 2013, a 7 mil 706 hectáreas alcanzadas por el fuego”.

En los Altos también se ha normalizado la situación, de acuerdo con Ramos Villareal. Detalla que el objetivo es que el Cerro Gordo —emblemático de la región— se vaya en cero cada año. En 2014 se logró.
Abunda: “La idea es que la mayoría de bosques que tenemos en Picachos, Cerro Gordo, el cerro del Maguey, cerro de la Campana y en la barranca del Río Verde, se mantengan intactos. Realmente cuando son pastizales, se combaten, pero mejor nos abocamos a los siniestros forestales”.

Detalla que existe un convenio con el gobierno de Jalisco para formar una brigada de control de incendios forestales. El municipio contrata a 13 combatientes y la autoridad estatal los equipa y pone el combustible. También realizan recorridos de vigilancia y si hubiera siniestros cerca de la zona urbana, entran los bomberos o la Unidad de Protección Civil.

Estas brigadas comienzan a trabajar el 15 de marzo en la prevención y control de fuego en zonas boscosas. Además, en algunas ocasiones, jóvenes del Centro Universitario de los Altos participan como voluntarios en esta protección del medio ambiente y se espera que en la próxima temporada de incendios que arranca en abril, sigan sumándose. “Tenemos mucha coordinación con ellos”, dice Ramos Villareal.

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