Frutas contra el cáncer

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El director del instituto de Nutrición Humana, del Hospital Civil Juan I Menchaca, Édgar Vázquez Garibay, señaló que en el área de nutrición es donde más mitos existen.
Hay quienes afirman que el consumo de conservadores y edulcorantes ocasiona cáncer, pero no puede afirmarse de manera categórica. “La manera de probar la posible asociación o relación entre dieta y cáncer sería a través de estudios diseñados con metodología científica. Entonces tendría que determinarse la incidencia de cáncer en poblaciones con diferentes tipos de dietas para saber si la ingestión de alimentos específicos tiene algún efecto en el desarrollo de cáncer”.
La relación entre cáncer y dieta no está completamente documentada. Esto se debe a que la dieta es un complejo de alimentos compuestos de varios nutrimentos y sustancias. Puede haber algunos compuestos que tengan efectos sobre la incidencia de cáncer y también se sabe que diferentes tipos de cáncer tienen mecanismos propios de producción de enfermedad.
“El consumo elevado de frutas y verduras parece que tiene un efecto protector hacia ciertos tipos de cáncer como el de colon, recto y de próstata, pero todavía falta precisar qué compuesto o sustancia es el que tiene el efecto anticancerígeno. Se sabe que los folatos (citricos) tienen efecto antioxidante y podría ser esa la razón”.
Coloquialmente se dice que los tapatíos, como son dados a comer mucho chile por las tortas ahogadas, de cáncer de estómago no se van a morir, pero sí tienen mayores probabilidades de fallecer por úlcera péptica. El chile es aconsejable en la dieta, pero no en exceso, porque es uno de los alimentos que mayor cantidad de ácido ascórbico tiene. La vitamina C es un antioxidante.
El consumo elevado de fibra puede ser benéfico para disminuir las posibilidades de adquirir cáncer de colon. “No hay muchas evidencias, pero es muy saludable consumir fibra, ya que las personas que la comen tienen mejores hábitos de defecación, menos problemas de irritación de la mucosa intestinal y problemas de estreñimiento”.
El galeno detalló que en un estudio de nipones que vivían en Japón y otros en California, Estados Unidos se encontró que los primeros presentaban menor incidencia de los primeros. “La razón que se encontró es que los de Japón consumían mucho más fibra”.

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