Alemania, década de los setenta. La amenaza del terrorismo sacude los cimientos de la democracia. Los hijos radicalizados de la generación nazi, dirigidos por Andreas Baader y Ulrike Meinhof, libran una violenta guerra contra lo que perciben como el nuevo rostro del fascismo: “El imperialismo americano respaldado por el establishment alemán”.
Su objetivo es crear una sociedad más humana, pero al emplear métodos extremos sólo provocan el terror y el derramamiento de sangre.
Horst Herold, jefe de la policía alemana, será el encargado de cazarlos, no obstante comprende su lucha.