Extranjeros virtuales

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050614 ARTE Y GENTE NESTOR GARCIA CANCLINI LUEGO DE UNA CONFERENCIA EN EL PARANINFO DE LA UDEG FOTO RAFAEL DEL RIO RDR010

Los adultos se encuentran en el exilio de las ciudades virtuales, son extranjeros de franjas que jóvenes construyen en el etéreo. En la zona virtual los más jóvenes tienen amigos, hablan con textos abreviados, se expresan con emoticones, acuden de compras, juegan y leen en páginas intangibles, descargan música, suben imágenes y crean su propio avatar virtual.
Los adultos permanecen en los espacios físicos, están acostumbrados a reconocer la sonrisa, el enojo y el color de piel de otros, ellos se sienten extranjeros cuando “pisan” el espacio intangible.
De acuerdo al antropólogo argentino Néstor García Canclini, estamos transitando de ciudades organizadas espacialmente a ciudades virtuales, esto significa una migración de lo analógico a lo digital.
“No sólo hay migraciones geográficas y extranjeros territoriales, los estudios de comunicación (extranjeros en la tecnología y la cultura) hablan de jóvenes nativos y adultos extranjeros que no entendemos bien la nueva lengua, ni podemos manejar las máquinas. La experiencia de extranjero en Internet son formas de segregación y diferenciación dentro la sociedad”, dijo el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, quien visitó la FIL de Guadalajara.
Según la Encuesta Nacional de Juventud del 2005, el mp3, los celulares, la computadora, la agenda electrónica y los videojuegos están incorporados a los hábitos del 50 al 80 por ciento de los jóvenes, y del 65 al 72 por ciento de éstos manejan información digital compleja.
Canclini dijo que ello desafía nuestros hábitos monogámicos de consumo cultural, a la par que disminuyen las librerías y aumentan los cibercafés.
La inclusión de la tecnología produce una reconfiguración  de las relaciones familiares. Por ejemplo, ahora los jóvenes tienen a través del celular una cantidad de relaciones con amigos que los padres desconocen; sólo en China se enviaron en el año 2005, 76.4 mil millones de mensajes de texto por celular (Naief Yehya, Tecnocultura). Hay otro tipo de conversaciones y otro lenguaje, se la llama la “generación txt”. Esto provoca una autonomía del adolescente mucho más temprana, había dicho Canclini a Educared Argentina.
Aunque los jóvenes tienen ventajas de apropiarse de los nuevos códigos virtuales, no se posicionan de un mismo modo en el sitio virtual, depende de su nivel educativo y de las facilidades de acceso a nuevas tecnologías. No es lo mismo usar la tecnología en un cibercafé a estar navegando en la casa, tampoco lo es para quien conoce el idioma inglés, para el acceso a ciertas páginas.
La gran parte de los jóvenes que socializan en las nuevas tecnologías no lo hacen con educación, sino por la relación de sus compañeros de generación. El problema es que la enseñanza en el uso de internet está poco habilitada, los profesores tienen más dificultades que los estudiantes para situarse en las nuevas reglas y usos de la comunicación. Todavía hay docentes que piensan que la televisión es la antipática de la escuela. Esto ha generado que las nuevas generaciones socialicen de una manera en la escuela y de otra manera en sus casas y con sus amigos.
Hay muchas escuelas y secretarías de educación que tratan de alfabetizar en las nuevas tecnologías y han pasado por varias etapas: la primera fue colocar computadores en todas las escuelas y no resultó; por eso el paso siguiente fue capacitar a los maestros en el uso de las nuevas tecnologías. Es que muchos jóvenes leen y escriben en pantallas y si las bibliotecas no tienen computadoras se produce un distanciamiento por parte de éstos.
La sociedad debería exigir cambios en la currícula, planes de estudio y formas de aprendizaje, pero cuesta mucho desaprenderse de un modo de transmitir la cultura y valorar los nuevos modos.
Hemos pasado dos décadas escuchando a maestros y profesores de literatura argumentando que sólo se puede aprender de los libros de la página escrita. Sabemos que la escritura y la lectura en papel proporcionan conocimiento que no lo pueden dar los medios audiovisuales. Pero también hay otros modos de aprendizaje y formas de conocimiento, como el uso de internet, los videojuegos, las descargas musicales o en programas informáticos que entrenan a habitar el mundo que antes estaba reservado para sólo unos cuantos.
No se trata tampoco de sacralizar las nuevas tecnologías o pensar que al usar los videojuegos ya no necesitaremos ir a la escuela. Eso son simplificaciones, pero también es simplificación rechazar los nuevos aprendizajes que se hacen jugando; hay conocimiento que necesita ser memorizado y otro que puede ser aprendido de manera lúdica.
Debemos preservar y seguir cultivando lo que encontramos en los libros que representan densidad simbólica, argumentación y cultura democrática. Pero no hay que idealizar a los libros de manera generalizada. Ya no se pueden concebir como islas separadas los textos, las imágenes y su digitalización. Ser ciudadanos más responsables requiere involucrarse en el proceso de digitalización, no ignorarlo.

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