Estafa piramidal mal común

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Una mujer nicaragí¼ense grita “No es justo que jueguen con el futuro de las personas” y sugiere guardar el dinero debajo del colchón. En Venezuela, bajo control cambiario severo, las personas prefieren invertir en dólares. En Perú más de un centenar de personas han perdido en total 100 millones de dólares por el masivo fraude del que se acusa en Estados Unidos al magnate Allen Stanford.
El fraude llegó a México, donde hay poca cultura financiera para entrar a ese tipo de mercados de fondo de inversión, indicó el maestro Rodolfo Eduardo Luna Mejía, presidente de la Academia de Finanzas Ocho y quien pertenece al Departamento de Finanzas del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas.
En México, del caso Stanford se han recuperado 240 millones de pesos. Pero, hay inversionistas que depositaron directamente su dinero en los Estados Unidos, ellos tendrán que dirimir su querella en el país del norte y podría ser más lento el cobro de su dinero, debido a la fluctuación el dólar y la depresión de la acciones de las empresas.
Luna Mejía mencionó que este tipo de fraude afecta al sistema financiero latinoamericano, por la gran cantidad de personas que colocan su dinero en fondos de inversión. Pero cada país tiene una legislación para evitar estos casos.
Según el especialista, la CNBV en México mantiene una buena supervisión y no ha habido grandes fraudes, como ha sucedido en los Estados Unidos.

Por debajo del agua
Para César Eduardo Uribe Vera, jefe del Departamento de Derecho Privado del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, la legislación está bien porque protege a los inversionistas mexicanos, siempre y cuando actúen dentro del marco legal y adquieran valores en la bolsa de valores regulados CNBV de México.
Las personas que celebran operaciones con intermediarios financieros mediante aprobación federal, tienen la protección del Estado, porque son entidades mexicanas legalmente constituidas.
En México todas las instituciones que integran el sistema de intermediación financiera (bancos, casas de bolsa, sociedades de ahorro, préstamos y crédito), se encuentran sujetas a autorización para realizar la captación y colocación de recursos.
No así las agencias de representación como Stanford, que tienen prohíbido captar y colocar recursos ajenos; hicieron caso omiso, captaron recursos de personas, y les ofrecieron fondos de inversión con la promesa de obtener más intereses por su dinero. Estos valores se encontraban fuera del país, en “paraísos fiscales” sin medidas regulatorias como Isla Antigua.
Por lo que los afectados tendrían que sujetarse a las leyes norteamericanas, donde se encuentra la casa matriz de Stanford. Al cierre de esta edición, el dueño de la firma, Robert Allen Stanford, notificó a la Corte estadounidense que declianaba testificar o proveer documentos relacionados con el asunto.

El ojo del huracán
Las casas de bolsa o fondos de inversión cautivan a sus clientes por medio de tasas elevadas: entre mayor riesgo, mayor ganancia. El maestro Luna Mejía recomendó invertir su dinero en bienes con valor estimado a futuro, como cuadros o vino con registro de patente. “Guardar el dinero en el banco no es rentable”.
María Silva asistió a una reunión, donde luego de una charla motivacional de dos horas, le invitaron a invertir tres mil pesos en una bebida que nunca le mostraron ni probó.
“En lapso de tres meses ya tendría dividendos seguros, si además incluía en esa lista a más inversionistas. Nos llamaban empresarios”.
En Venezuela el abogado José Parra, quien lleva el caso Stanford, en conversación noticias Globovisión, calificó la acción de “fraude piramidal”.
Este sistema es garantía de fraude, se pierde la dimensión de la ganancia. “Estando en la punta de la pirámide, voy ganado como se vaya abriendo la pirámide de inversores, algo típico de América Latina, donde mientras más socios ingresen al fondo de inversiones, más gano yo como principal inversor”, indicó el maestro del CUCEA, Luna Mejía.

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