Estados teocráticos últimos reductos medievales

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Defender el estado laico no es estar en contra de las religiones, sino tener la libertad de profesar alguna o ninguna, fue uno de los temas expuestos durante el Segundo Foro Internacional Estado Laico, Sociedad y Gobernanza, realizado el pasado 10 de diciembre, y el cual también fue el marco para conmemorar el LX aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el Auditorio Salvador Allende, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
En la inauguración, José Trinidad Padilla López, director del Instituto de Investigación en Innovación y Gobernanza, indicó que en la medida en que una sociedad se presenta cada vez más plural y en que los avances científicos y tecnológicos ponen dentro o en las primeras palestras de la discusión temas que son conflictivos, se hace necesaria la discusión, el debate y la participación de la sociedad y del Estado como regulador para lograr “debatir sin que la sangre llegue al río, por eso la necesidad de un Estado laico”.
Al foro asistieron Rigoberto Mata Medina, presidente de Foro Intereclesiástico Mexicano (FIM), Patricia Retamoza Vega, secretaria general STAUdeG, José de Jesús Gutiérrez Rodríguez, presidente de Red Ciudadana, y más invitados.

Por El Salvador
El país centroamericano del El Salvador carece de una constitución que garantice la laicidad en el país, lo que propicia que haya un auténtico caldo de cultivo para la violencia, comentó la subprocuradora de Derechos Humanos de la región del Sonsonate, El Salvador, Zuleyma Góchez López, en la conferencia inaugural.
Desde la llegada de los españoles a su país, y con la destrucción de las antiguas formas de culto de los nativos de la zona, la Iglesia Católica domina desde entonces el panorama religioso de la nación y propicia la discriminación a personas que no son de su mismo pensamiento, sobre todo porque la constitución no garantiza esa libertad religiosa.
Góchez López ejemplificó que todavía en pleno siglo XXI, en diferentes colegios de El Salvador, para que los niños puedan ser aceptados en algunos planteles es necesario que los padres lleven la constancia de bautismo de los pequeños; además, muchos profesores que son pagados por el Estado tienen que prestar servicio en parroquias católicas.

Por un Estado laico
A pesar de que la división entre la Iglesia y el Estado se oficializó en México desde 1857, las prácticas actuales demuestran lo contrario.
Ejemplos de la estrecha relación entre el Estado mexicano y la Iglesia Católica, fueron expuestos por el panelista Luis Fernando Vázquez Sora, entre ellos casos como “el beso de Fox al papa”, o los casos de Guanajuato, Tepic y Sonora, en donde el gobierno ha donado terrenos para construir templos, las universidades y escuelas católicas, además de la relación del gobernador de Jalisco con el Cardenal.
Durante el foro, los panelistas coincidieron que para que en un Estado se goce de los derechos fundamentales no se debe privilegiar ninguna religión, pues se fomentaría la discriminación.
Eduardo Sosa Márquez, de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Jalisco, comentó que “el pluralismo religioso es un indicador que permite medir el grado de democratización de una sociedad y la consolidación de sus instituciones”. No debe excluirse a nadie por no profesar religión alguna, dijo.
Por su parte, el diputado local perredista Carlos Orozco Santillán complementó diciendo que no sólo es garantizar un Estado sin religión, sino contribuir a tratar “otros temas políticos de complejidad como el aborto, la eutanasia, la equidad, la discriminación. Temas universales que solamente en un Estado laico se pueden debatir de manera libre y sin el ingrediente del prejuicio religioso que lamentablemente arrastramos en la cultura del mexicano desde hace siglos”.

Sobre el foro
¿Cuáles son los avances entre el primero y este Segundo foro organizado por la Universidad de Guadalajara (UdeG), el Foro Intereclesiástico Mexicano (FIM) y Red Ciudadana, entre otros? El también académico de la UdeG, Carlos Orozco Santillán, señaló que la sociedad está cada vez más interesada en participar y en defender sus derechos.
“La muestra es cómo en los medios también han empezado a desvirtuar el carácter divino de los jerarcas para difundir las violaciones a la ley. Los poderes de la República han desmitificado a la jerarquía Católica Apostólica Romana a partir del debate que han dado diputados de diversos partidos sobre la laicidad del Estado”. Una de las propuestas discutidas desde el primer foro realizado el pasado mes de mayo, y que se discute en el Congreso Federal, es la sanción jurídica a quien atente contra el Estado laico.
Siendo una sociedad históricamente con una religión tan arraigada en la cultura, ¿podrá separarse la Iglesia Católica del poder sin causar confrontaciones sociales? El diputado comenta: “El único enemigo que puede tener un teocrático es otro teocrático. Los que asumimos una posición laica y respetuosa, no tenemos esa enjundia”.

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