Para los ortodoxos seguidores del heavy metal, Judas Priest simboliza una de las agrupaciones determinantes dentro del género. Heredero de Black Sabbath y Led Zeppelin, posee una trayectoria que cruza casi cuatro décadas, tiempo en que álbumes como Sad Wings Destiny, Sin after sin, Stained class, British Steel y Painkiller, sentaron las bases de su leyenda.
Tras el éxito, momentos de tensión, etapas de desencuentro entre sus integrantes y algunos álbumes medianos en años recientes, Judas Priest decide poner fin a las giras mundiales con Epitaph, un recorrido que en su última etapa abarca presentaciones en México, Estados Unidos, Canadá y Japón. Aunque el grupo se aleja de los grandes escenarios, puntualiza que continuará con la grabación de discos.
La gira Epitaph se convierte en la última oportunidad de atestiguar en directo la solvencia de Judas Priest. Para ello el grupo recurre a lo mejor de su repertorio: canciones como “Breaking the law”, “Metal gods”, “Screaming for vengance” y “Love bites”, entre otras.
Judas Priest es acompañado por Whitesnake, banda pionera del heavy metal que mantiene un nexo fuerte con la agrupación encabezada por el siempre excéntrico Rob Halford.
