El zapotillo: presa sí… presa no

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En las últimas dos semanas se confrontaron las opiniones de especialistas sobre el proyecto de la presa El Zapotillo, a favor instituciones como el Colegio de Ingenieros Civiles de Jalisco (CICJ), en contra, en el caso de investigadores del CUCEI de la Universidad de Guadalajara.
Por una parte, el CICJ avala la obra técnicamente, porque esta permitiría llevar agua a los Altos de Jalisco, a León, Guanajuato, y de esta ciudad regresarla a través del río Turbio y el Lerma, al Lago de Chapala, además de “dotar 5.2 metros cúbicos de agua al segundo a la ciudad de Guadalajara”, por medio de la presa El Purgatorio —ubicada sobre el mismo río Verde— señaló el presidente de este organismo, Gilberto Paredes.
Sin embargo, investigadores de la UdeG, cuestionan los costos sociales y ambientales del proyecto, y sobre todo, “el despojo sistemático del agua del río Verde para Jalisco, al que distintos gobernadores no se han opuestos”, como afirmó la maestra Mireya Acosta.
El doctor José Antonio Gómez Reyna, por su parte, considera que “es una aberración enviar caudales de una cuenca a otra, es decir de la Lerma-Santiago a la de Guanajuato, y antes de proceder con tales cambio, como indica la UNESCO, aun si fuera técnica y hidráulicamente viable, se tienen que tomar en cuenta consideraciones sociales y ambientales”. En este sentido Acosta agregó que el costo social para nuestra entidad es considerable, por la desaparición de los tres poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, “con una basílica preciosa de 250 años de antigí¼edad, sin ignorar que la gente de estas tres poblaciones no quiere irse de su tierra”.
Según el ingeniero Raúl Antonio Iglesias Benítez, director General del Organismo de Cuenca Lerma Santiago Pacífico de la CNA, institución que presentó el proyecto de la presa, el hecho de enviar agua a Guanajuato responde a dos motivos. “Primero, porque son mexicanos, como nosotros los jaliscienses, y segundo porque el río Verde no se ha utilizado, a pesar de que hay proyectos desde los años 50 para aprovechar el agua para Guadalajara y Jalisco. Este aprovechamiento no se dio, había la disponibilidad de estos recursos, y se tomó la decisión de dotárselos a León”.
Agregó que por el hecho de que de esta ciudad el agua se reenviará a través del río Turbio, al río Lerma y luego a Chapala, se va a pasar el liquido de una cuenca, la del Santiago, donde los recursos son abundantes, a la del Lerma —cuencas que con la construcción de la presa de Poncitlán se dividieron administrativamente— cuya condición, reconoció, “es que no hay una sola gota de agua disponible, ni superficial ni subterránea, porque hace 20 o 30 años, nuestra propia institución, y lo hemos reconocido, sobreconcesionó el agua”.
Al respecto, Mireya Acosta comentó que la CNA pretende sustraer agua al río Verde, que según la clasificación de esta misma institución, es aceptable y de buena calidad, “llevársela a Guanajuato, y luego, tratada, que ya sabemos qué clase de tratamientos se hacen en nuestro país, traerla a Chapala, a través del río Turbio, que está clasificado como fuertemente contaminado”.
Añadió que en un solo lugar en el mundo el agua de desecho urbano se trató y se regresó a la población, en una ciudad de Zimbabue, “donde, por esto, en 2008 se presentó una gran epidemia de cólera que se convirtió en pandemia, porque se extendió a otros países cercanos del sur de ífrica, con una mortalidad excesiva por los parámetros de la OMS”.
Acerca de si el tratamiento que se dará al agua que se regresará a Chapala, pueda garantizar que no esté contaminada, Iglesias Benítez aclaró que “el agua se descargará de acuerdo a la Norma oficial mexicana, y estamos hablando de 120 millones de metros cúbicos al año, mientras que el lago lleno tiene 8 mil millones de metros cúbicos, actualmente 5 mil 300, por lo que no impacta, se acaba por dilución”.

Jalisco vs Guanajuato
La maestra Mireya Acosta señaló que el río Verde pertenece por un 57 por ciento a Jalisco y solamente el 7 por ciento a Guanajuato. Agregó que la aportación de agua al río para nuestra entidad es del 84 por ciento y de un 10 por ciento para el vecino estado. “Sin embargo, de acuerdo a la planeación actual, el 51 por ciento de esta agua se va a quedar para Jalisco y el 49 por ciento para Guanajuato, lo que demuestra la inequidad en la distribución del líquido”.
Destacó que con un decreto de 1995, la CNA establece que el río Verde tiene una disponibilidad de 901 millones de metros cúbicos por segundo, de los que se dejaron 505 para repartir: 120 para Guanajuato y 385 millones para Jalisco, “que representan un gasto de 3.8 y 12.2 metros cúbicos por segundo respectivamente, que se refieren a un gasto máximo y no medio”.
“Esto es muy diferente a si se pretende que el 3.8 sea un gasto constante, como lo establece la CNA en el proyecto”, que puede implicar que no haya suficiente agua para la zona conurbada de Guadalajara, ya que, debido a los desperdicios para abastecer a otros poblados, le quedan solamente 9.6 metros cúbicos por segundo, que representa una disminución del 60 por ciento de abastecimiento.
Explicó que no es una cuestión de egoísmo el no querer dar agua a Guanajuato, sino que hay que considerar que en este estado “se maneja el agua potable con una eficiencia solamente del 45.6 por ciento, y del 36 por ciento en riego, que nos hace pensar que primero tendrían ellos que ver cómo ahorran su agua, mientras que nosotros tendríamos que evaluar la permisividad que tiene Jalisco hacia esa entidad”.
Concluyó que tomando en cuenta todos estos factores, se evidencia una “una pasividad del gobierno del estado para defender a los jaliscienses y los recursos de la entidad”, por lo que considera, “este movimiento de agua de una cuenca a otra, responde a fines políticos y no técnicos”.

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