El tour inmoral del «príncipe»

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Justin Stewart, mejor conocido como Bruce LaBruce o sencillamente “BLAB”, visita la ciudad la próxima semana para recibir el Premio Maguey en la modalidad “cine de culto”, como parte de la primera edición de esta nueva rama del FICG, por una filmografía a caballo entre la pornografía gay y la crítica social que incluye títulos como No skin off my ass (Nada de piel desgarrada en mi culo), Super 8 ½, Skin Flick (Pellejo), The Raspberry reich (El reich de la frambuesa), Otto; or up with the dead (Otto, o vivan los muertos aunque el juego de palabras original sea intraducible); las más recientes con una contraparte en versión “dura”, todavía más explícita y gore.
LaBruce viene de una agitada estancia en España para producir y promocionar su nueva muestra fotográfica en La Fresh Gallery que incluyó la santiguación masiva de la feligresía católica indignada y una bombazo molotov al recinto, debido al eclecticismo de las más de cien piezas que componen la exposición titulada Obscenity, en las que se mezclan hábitos, indumentarias, símbolos y referencias a la imaginería católica con poses y actitudes eróticas.
“La relación entre el éxtasis sexual y el éxtasis religioso poseen una mirada similar. Así que no tiene por qué haber conflicto entre religión y sexo”, dijo LaBruce a Manuel Morales el pasado 16 de febrero para El País.
No es la primera vez que su obra alza más que cejas y murmullos escandalizados: el año pasado en Portugal la aduana de Oporto confiscó y clasificó como “obscenas” las 400 polaroids de una muestra que recoge su producción cotidiana en largos periodos como hizo en 2006 para la 1313 Gallery de Toronto bajo el nombre Polaroid Rage. Por otra parte, en 2010 en Australia se prohibió la proyección de su filme más reciente, L.A. Zombie, por su alto contenido de sexo explícito y necrofilia, e inclusive ha logrado que una parte de la audiencia se salga de la sala en festivales tan “alternativos” y “experimentales” como el de Sundance.
“Aunque el mundo cambia, la actitud ante la cultura no ha progresado tanto. Siempre estamos en un movimiento pendular y ahora toca el lado conservador. Por eso, algo que hace años no suscitaba controversia, ahora sí lo hace”, añadió en la entrevista ya citada, para explicar las sulfuradas reacciones ante un trabajo que ha cultivado a lo largo de una carrera que ya alcanza los 25 años.
Ha escrito para revistas como Eye, Exclaim, Dutch, lleva el blog “Wandering” para Vice, y es fotógrafo de moda para otras como Dazed and Confused, Tank, Tetu, Fake, Blend, Tokion, The National Post y Attitude, y aunque también en su currículum se hallan trabajos para publicaciones cien por ciento porno, en realidad tiene una mala reputación en ese mundo, según opinó en 2008 en otra entrevista para el mismo diario: “Sus fórmulas son tan convencionales que si introduces elementos distintos, como monólogos complejos sobre marxismo, te consideran un esnob, no un verdadero pornógrafo. En el contexto del arte me pasa lo mismo pero a la inversa. No consideran mi trabajo como legítimamente artístico porque es demasiado explícito. Supongo que eso quiere decir que hago algo, al menos, único”.
En el marco del FICG27, LaBruce participará en una mesa de diálogo sobre cine con temática queer (literalmente: “marica”), dictará una conferencia antes de la proyección del documental The advocate for fagdom (El abogado de la jotería) de Angélique Bosio. Por último, recibirá el Premio Maguey al cine de culto en el Cineforo, justo antes de la proyección de su L.A. Zombie. Hasta el cierre de edición, estos eran los posibles eventos en los que participará el director. Consultar la página del festival (www.ficg.mx) para ver cambios e imprevistos.

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