El tiempo se agota

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Su declaración es enfática: no tenemos tiempo. Lo que los expertos del clima pronosticaron que pasaría en unas cinco décadas, está ocurriendo ahora. No es alarmismo, es la realidad. Una verdad comprobable no sólo en los recientes estudios sobre el cambio climático, sino en las consecuencias que este fenómeno refleja en cada ciudad, en el campo, en la costa: agresivos huracanes, mayor contaminación del aire, cambios en los patrones de migración animal, sequías, desconocidas y renovadas enfermedades en animales y humanos.
Ante ello, los acuerdos y compromisos adquiridos por las naciones en la cumbre de Copenhague, Dinamarca, deben ser cumplidos lo más rápido posible, advierte Cristina Tirado, miembro del Panel intergubernamental de cambio climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) que, recibió junto con Al Gore, el Premio Nobel de la Paz en 2008.
La presencia de la única mujer que participó en el equipo del IPCC pasó inadvertida para los medios de comunicación durante la FIL 2009. Tirado me recibe en un pequeño salón de la Expo Guadalajara. Nos apartamos del bullicio de los asistentes al Foro sobre Naturaleza, organizado como parte de las actividades de la feria, a la que asistió como invitada especial.
¿Los procesos naturales que el IPCC proyectó para 20 y 50 años se están adelantando?
Es peor. Para las discusiones de Copenhague tres grupos científicos y organizaciones no gubernamentales publicaron en Reino Unido una declaración de que el cambio climático puede ser mucho peor. Han recopilado datos meteorológicos posteriores que no estaban en el reporte que el IPCC publicó en 2007 y que sirvió para que la ONU presionara a los países desarrollados para adoptar medidas, de manera que tenemos más pruebas y evidencias científicas. Creen que la temperatura puede subir hasta seis grados. Con esto, lo que esperaba el IPCC de consecuencias en desastres naturales claro que pueden ser mucho peor. Por ello todos estos estudios quisieron empujarlos antes de [la Cumbre] de Copenhague.

¿Qué consecuencias trae una aceleración de este proceso?
Está más que claro: si teníamos que ir de prisa ahora esto es una emergencia total. La FAO esperaba que para el 2015 se redujera el hambre y la falta del agua para la mitad de la población, esto es ya mañana, ni de lejos [lo lograremos]. Todo lo contrario. Hemos llegado a picos históricos en el 2009. Hace una semana que publicaron estadísticas que contabilizan mil millones de personas que pasan hambre y otras tantas que no tienen agua. Es que no estamos llegando. Los países no están respondiendo como se esperaba. La sola ayuda humanitaria no eliminará el hambre en el mundo. En este momento o hay acciones directas o seguirán muriéndose dos niños cada 30 segundos.
Sí, se ha adelantado todo de una manera que tiene que pasar algo ahora en Copenhague —aunque Barack Obama va el último día—, para que cambie todo en términos de mitigación. Adaptarse o morir. Ahora lo que se puede es atrasar, mitigando.

En México hemos tenido casos de epidemias como la gripe AH1N1 y el dengue, que antes estaba sólo en las costas. ¿Hay alguna relación con el cambio climático?
Sí. Justamente el aumento de dengue está impactado por el cambio climático. Se confunde un poco en el sentido de que como hay tanta migración a las ciudades, hay más poblaciones expuestas al dengue. Pero está ampliamente reconocido que está influenciado por el cambio climático, eso está claro. Hay un mapa de proyecciones que hablan de que, aunque esté en zonas costeras, se iba a multiplicar el riesgo de las personas en las costas, pero también un poco más hacia adentro, hacia las ciudades.
Son modelos matemáticos. Los pequeños nichos ecológicos cambian mucho, pero está claro de que va a aumentar y que México es una de las zonas afectadas. Por eso es que tienen que proteger las costas y repoblar con manglares, eso se tiene que hacer urgentemente. La destrucción del manglar aquí no ha sido muy mala pero ha habido, suficiente como para que se pongan las pilas y vuelvan a comenzar, porque eso sí que es algo totalmente urgente.

¿Qué otro tipo de enfermedades podrían tener este comportamiento o podríamos esperar que aumenten por las características de la temperatura?
Tendrían que revisar si tienen aumentos de diarreas o salmonelosis. También campilobacteriosis [enfermedad infecciosa trasmitida al hombre por aves]. Estoy casi segura que salmonelosis saldría positivo un aumento. El número de casos de paludismo tendrían que seguirlo. Lo que hay más hacia el sur que a ustedes no les ha llegado es la enfermedad de chagas. Yo pondría atención a la emergencia de zoonosis [afecciones trasmitidas de animal a humano] y sobre todo la trasmitida por garrapatas, que muerden a las vacas y luego se pasa a la leche, por ello tendrían que incluirla en los sistemas de vigilancia.
Estuve hace poco en Senásica [Servicio nacional de sanidad, inocuidad y calidad agroalimentaria, en México] y sé que tienen enfermedades exóticas emergentes, pero que ya están preparados por si salen como la “lengua azul” [virus que afectan a vacas, ovejas, y cabras] y que de repente nos llegó a España. También tienen que poner atención a la contaminación en el suelo o en el aire. A Guadalajara la veo un poco como a Los íngeles, por su sistema de transporte y carreteras. El aire es uno de los que más se afecta por el cambio climático y luego redunda en enfermedades respiratorias. Ahí haría un énfasis por la cantidad de vehículos que tienen y que contaminan.

México es uno de los países con menos desarrollo, ¿Cuáles serían las acciones que se tendrían que emprender?
Que tengan sistemas de salud sólidos. Es la prioridad porque los sistemas de vigilancia y de respuesta en hospitales son necesarios.
La colaboradora de la Organización Mundial de la Salud insiste en que las acciones para prevenir mayores desastres sanitarios y ecológicos resultado del cambio climático, tienen que ver con políticas de gobierno en cada país centradas a la preservación de la salud y la conservación de recursos naturales, pero también con lo que cada ciudadano aporte desde su vida diaria. Pone como ejemplo las políticas impulsadas en la Unión Europea.
Lo que está intentando el grupo de ética en ciencia y tecnología de la Comisión Europea es darle poder al consumidor, a la población civil para que se involucre en la toma de decisiones en políticas agrarias, de comercio internacional y sobre todo para que se informen.
Por ejemplo, si van a comer y eligen carne, que sepan que (la cría de animales) produce un montón de emisiones (de gases de efecto invernadero), que no necesitan tanta proteína y que tampoco es buena para la salud como que si consumieran verduras, que el proceso de producción tiene menos emisiones y son más saludables.
Cristina Tirado cuenta que, en su natal España se ha favorecido la construcción de edificios que eviten el uso de enfriadores o calefactores artificiales, lo que ayuda a su vez a disminuir el uso de luz, agua, y derivados del petróleo. Enfatiza en la necesidad de cambiar los sistemas de transportes públicos, de racionalizar la utilización de los automóviles y en general, de disminuir el uso de energías no renovables.

¿Los biocombustibles y el uso de energías alternativas son una solución viable?
Los biocombustibles se han prestado para la especulación de los alimentos. Tenemos que aprender a ahorrar todo lo que se pueda en energía y elegir las renovables, que a veces no es posible en algunos estratos sociales, porque no la hay. Pero en otros estratos se puede invertir más a largo plazo en calentadores de energía solar. Por ahora cuestan mucho, pero después esta energía no sólo será más barata sino que es de inicio más limpia. Son cosas que se pueden ir pensando a largo plazo, como los edificios bioclimáticos, elaborados con materiales naturales y diseñados para favorecer la ventilación. Es una alternativa para las calefacciones artificiales.
La gente se puede involucrar, por ejemplo, luchando en contra de comprarse un coche y apoyando iniciativas de sistemas de autobuses limpios, puntuales, que favorezcan a todos o de uso de bicicletas para que haya menos coches en las calles. A partir de ello podemos hacer estudios del impacto a la salud y a la calidad del aire y sacar herramientas para proponer una política e influenciar al menos.
Cuando no hay apoyo institucional o de gobierno lo que hay que hacer es darle poder a las comunidades y ahí es donde funciona. Cada uno lucha por su tema, pero todas esas pequeñas luchas se van juntando.

¿Países pequeños pueden adoptar medidas más limpias sin la presión de los intereses que representan los países desarrollados y las grandes empresas?
Depende de sus gobiernos, si hay libertad de elección y hay organizaciones no gubernamentales que les pueden asesorar, las cosas van bien. Si el gobierno donde entran esas tecnologías es corrupto, no hay nada que hacer.

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