El suspiro argento de Tane

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Caminar por la exposición ambulante, ambulatoria, etérea, argéntea, de Tane, es confrontar el reflejo. El reflejo del color, de la luz, del rostro que se acerca, se deforma y adelgaza.
Tane es una marca, un concepto, pero al mismo tiempo, una escuela, un tema y un pretexto.
Es una escuela mexicana de orfebres benditos con más de medio siglo de trabajo; es un tema que reúne a la plata como el objeto continuo, deseado, moldeado, destruido, derretido, y vuelto a construir, y un pretexto, porque alrededor de Tane se reúnen varios de los artistas nacionales más importantes del siglo XX.
Porque mexicano es Luis Barragán y su obsesión por la luz; mexicano es Francisco Toledo y su bestiario infinito; mexicana (a la fuerza) es Leonora Carrington, con sus seres fantásticos, mezcla de arte egipcio y el mejor Lewis Carroll; mexicano es Juan Soriano y sus figuras delicadas, danza que se eleva en formas sutiles.
Siempre hay tiempo para las formas perfectas, que se encuentran en los enseres vitales: una tetera, una sopera, una cuchara.
El arte en Tane es práctico, como el funcionalismo, que no eliminó el decó, ni el nouveau, sino que lo hizo más eficiente, más pulcro.
La exposición México, destellos en plata, estará abierta al público hasta el 13 de abril, en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara.

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