El sueño de llegar a la Luna

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Fue “un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Las palabras de Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna, no pudieron ser más ciertas. El alunizaje que tuvo lugar en 1969 marcó un antes y un después no sólo en el ámbito político y científico, sino también en el cultural.

Con la llegada de un ser humano a la Luna, hace 50 años, se cumplió el sueño de muchos. Julio Verne con su novela de ficción De la Tierra a la luna (publicada en 1865), el cineasta Georges Méliès, con su cinta futurista Viaje a la Luna (exhibida en 1902), o la historieta Hemos pisado la Luna (del dibujante de origen belga “Hergé”), fueron tempranos esbozos de la ambición por conquistar al astro nocturno.

La batalla en el espacio
A mediados de julio de 1969 el mundo vivió uno de acontecimientos más vistos en la historia de la televisión. En medio de la Guerra Fría, la necesidad de Estados Unidos de ir un paso delante de su enemigo la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) lo llevó a armar un espectáculo alrededor de este proyecto espacial liderado por los tripulantes del Apolo 11.

“Fue absolutamente espectacular en el sentido más amplio del adjetivo porque para la humanidad siempre ha sido fundamental la Luna, había una gran expectativa, pero además se vivió un fuerte reacomodo mundial entre las naciones y esa batalla se libraba en el ámbito de la ciencia, quien lograra mayores conquistas en la ciencia y la tecnología iba a tener mejores armas metafóricamente y materialmente para imponer cierto dominio en el planeta”, afirma el divulgador científico Juan Nepote.

Esa batalla entre las que eran consideradas las dos potencias mundiales fue llevada al espacio. Años antes de que el Apolo 11 despegara de la Tierra, la URSS había tenido avances en materia espacial y obligó a Estados Unidos a buscar proyectos aún más grandes.

“Los estadounidenses siempre han sido buenos para los medios y hacer todo mediático y convirtieron esa hazaña en un evento espectacular al trasmitirlo en vivo a todo el planeta, fue la trasmisión más vista hasta el momento, ensayaron frases célebres, Neil Armstrong se equivocó en la frase que debía decir cuando pisara la Luna un hecho que ha generado debate [Armstrong debería haber dicho “That’s one small step for a man, one giant leap for mankind”; en la grabación oficial se entiende “for man”, sin el artículo “a” (un)], pero en general fue una puesta en escena muy bien lograda, tan importante y tan impactante lo fue, que a la fecha hay mucha gente que ha negado que el hombre pisó la Luna”, explica Nepote.

Hay quienes afirman que la llegada a la Luna fue un montaje de Estados Unidos pero para el especialista adscrito al Museo de Ciencias Ambientales de la Universidad de Guadalajara estas afirmaciones carecen de fundamento pues “hay suficiente evidencia de que fue un hecho real y contundente”.

En opinión de Nepote la llegada a la Luna fue un parteaguas no únicamente en materia científica y política sino que también representó un cambio de paradigma. Llegar a un lugar extra planetario abrió la posibilidad de colonizar el espacio y de que en algún momento los humanos se moviera hacia otros lugares, como sigue prevaleciendo.

“A partir de 1969 se desencadenó una serie de ideas y reflexiones en el mundo cultural, científico y tecnológico que sí estuvo azuzado por el tema de la Luna, pero después fueron pocos los que volvieron a la Luna con esa ensoñación que hubo en días previos.

La ensoñación lunar 

La Luna ha sido un cuerpo celeste que ha inspirado a artistas de todas las disciplinas desde hace siglos. Desde los griegos que tenían una trilogía de lunas, según las fases que percibimos desde la Tierra, hasta películas y obras de arte.

“Es fácil encontrar a muchos otros autores desde hace por lo menos 300 años, casi a la par del desarrollo de la literatura, hay personajes que van a la Luna, viajamos a ella primero a través de la imaginación literaria y también es utilizada como un escenario para a manera de metáfora dar algunas lecciones morales de como deberíamos portarnos en la Tierra”, expresa Nepote.

“Por ejemplo, el escritor y crítico mexicano José Luis Martínez publicó un libro en 1970 donde hizo una antología muy vasta de autores de todas las épocas que habían escrito sobre la Luna, es una obra fantástica y en ninguna otra parte del mundo se ha hecho algo así”, revela.

Literatura, pintura, películas, cómics y hasta grupos literarios han tomado a la Luna como su estandarte. Nepote recuerda a una sociedad en Reino Unido que se hacía llamar “The lunar society” un club de caballeros que también era conocido como “Los lunáticos”.

Esta sociedad tenía entre sus miembros al abuelo del científico Charle Darwin, Erasmus Darwin, un filósofo que acudía a las reuniones que se realizaban durante las noches de Luna llena para hacer poesía, hablar de filosofía, de ciencia y de tecnología.

El alunizaje pudo ser un factor para que los artistas vieran al astro nocturno de una forma diferente. Los poetas y narradores de la segunda mitad del siglo XX no volvieron a escribir de los viajes lunares con la fascinación previa, pero sí mantuvieron su mirada hacia el cielo buscando en ella una fuente de inspiración.

“Creo que al principio la llegada a la Luna redujo la producción creativa alrededor de ella, porque al menos teníamos más a la mano evidencia de cuentos, poemas, novelas, obras de cine, hay infinidad de representaciones en torno a la Luna que cuantitativamente son superiores a las que ocurrieron de los años 70 en adelante”, aseguró.

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