El rompimiento del bipartidismo

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Ante el desgaste del PRI y el PAN, tanto en Jalisco como en el ámbito nacional, los electores optaron de manera contundente por una tercera vía, lo que refleja una urgencia de obtener resultados y, al mismo tiempo, una madurez política en la que incorporan no sólo la emoción, sino la reflexión del sufragio.

Como una forma de decir ya basta a los partidos tradicionales, en Jalisco la mayoría de los electores en la Zona Metropolitana y en cabeceras distritales, como Puerto Vallarta, Tepatitlán, Ciudad Guzmán, Ocotlán y Jocotepec, dieron su confianza al Movimiento Ciudadano, y en Zapopan votaron por el primer diputado independiente en Jalisco.

En el resto del país, en Nuevo León triunfó Jaime Rodríguez “El Bronco”, primer gobernador independiente de México y de Culiacán, Sinaloa, salió el primer diputado federal independiente de la historia, Manuel Clouthier Carrillo, y hasta el futbolista Cuauhtémoc Blanco ganó la alcaldía de Cuernavaca.

“Tanto en Nuevo León como en Jalisco, lo que se está clamando a gritos es: estamos hartos del bipartidismo y queremos nuevas posibilidades, considera el académico del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Jaime Preciado Coronado, quien agrega: ““El voto de castigo no fue sólo contra el PRI, sino también contra Acción Nacional, que no ha sacado autocrítica creíble por la corrupción política arraigada en ese partido. Esperemos que sepan leer bien”.

El académico de la UdeG, Igor González, detalla que esta reconfiguración del sistema político en los ámbitos nacional y estatal se deriva de una alta participación, pues con el 51 por ciento fue superada la de 2009, y coincide en que la ciudadanía sancionó a los ayuntamientos de Zapopan y Guadalajara.

También dijo que la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa o los escándalos de corrupción con la Casa Blanca, tuvieron repercusiones en la votación.

“El uso de la guerra sucia y la gestión de contenidos en redes sociales fueron cruciales. No sólo en Jalisco, sino en el escenario nacional. Su presencia o ausencia explica los resultados que vimos”.

Otra novedad es que la televisión ya no resulta fundamental para ganar elecciones. Esto lo ejemplifica el hecho de que “El Bronco” ganó sin promocionales televisivos y el payaso Lagrimita quiso fundamentar su candidatura en la fama que le dio la pantalla chica y ni con esto logró sacar cuatro mil votos.

Jaime Preciado Coronado interpreta lo ocurrido en Jalisco como un ejercicio del voto de castigo: “Si hubiera sido voto útil, la proporción del triunfo de Alfaro habría sido menor. La contundencia del resultado refleja que la gente quiere dar oportunidad a un proyecto que parece diferente, aunque claro que también es un partido político, pero con un discurso ciudadano”.

El fenómeno Kumamoto
Para Igor González lo más destacable de este proceso electoral fue la incorporación de los candidatos independientes, como el caso de Kumamoto en Jalisco: “El efecto que produjo  su triunfo lo coloca en un lugar importante para lograr algunos cambios. Pero él ha reconocido que una sola persona no puede cambiarlo todo, pero ha abierto una puerta fundamental.”

También Jaime Preciado, opina al respecto: “Es el caso representativo de que lo que quiere una buena parte de la ciudadanía, al menos una buena parte de la Zona Metropolitana de Guadalajara, es que pasemos a un esquema donde la partidocracia sea arrinconada y se dé oportunidad a gente auténtica y a programas frescos, directos, y que la gente vea que tendrá más eco con la burocracia que se ha despegado cada vez más de los representados”.

No es igual que en 1995
A pesar de ser un momento histórico, lo del 7 de junio pasado aún no puede equiparse a lo ocurrido en 1995, cuando Alberto Cárdenas Jiménez derrotó por primera vez al PRI en la historia de Jalisco, consideran los académicos entrevistados por La gaceta.

“Se reconfigura la geografía electoral de Jalisco. Es una situación que no habíamos tenido. En 1995 Acción Nacional canalizó todo el descontento con el sistema de esa época”.

Igor González explica que las diferencias con aquel momento histórico radican en que la variable tecnológica ya está incorporada en las campañas y el acceso a la información es distinto a lo de hace 20 o 30 años; además de que ésta no fue una alternancia en la gubernatura, aunque podría constituirse como el surgimiento de una fuerza importante en el país.

Y tampoco un cheque en blanco
Si antes las sociedades duraban décadas para atreverse a dar un cambio político, en Guadalajara, en sólo nueve años ha cambiado tres veces el partido en la alcaldía. Sin embargo, este último golpe de timón no significa que la sociedad se desentenderá de lo que hacen los gobernantes.

“Hay una sociedad dispuesta a fiscalizar casi en tiempo real a las autoridades. Sin echar las campanas al vuelo y decir que ha habido un cambio fundamental en materia de cultura política, como algunos que dicen ya por ahí, pero con cierta mesura sí podemos decir que hay cierto sector de la ciudadanía dispuesto a no dar a los gobernantes cheques en blanco. (…) Hay que celebrar este tipo de alternancias, pero hay que tomar con cierta cautela las expectativas. No estamos todavía contemplando una ruptura del bipartidismo a nivel gubernatura, pero hay condiciones para producir algunos cambios. Debemos estar atentos al desempeño”, concluye Igor González.

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